Parecía que la ilusión de Barcelona apenas iba a durar 35 segundos. Sí, solo 35 segundos frente a Liga de Quito. Ese fue el tiempo que les duró el arco en cero de los amarillos, en la carrera feroz por el segundo cupo a la Copa Libertadores 2026.

La falta de un entrenamiento en la semana empieza a pasar factura, pero el regreso de Octavio Rivero encendió una chispa que, aunque brilló, no alcanzó para sostenerla: 2-2 final en el Monumental, y el drama del hexagonal se estira hasta el último capítulo.

Y ahora…

Barcelona se queda con 62 puntos y +9 de gol diferencia. Liga, con las mismas 62 unidades pero un aplastante +25. La ilusión amarilla de meterse a la fase de grupos sigue viva, pero el detalle es que Barcelona tiene cuatro partidos por jugar y los Albos cinco, dos de ellos ante Independiente del Valle, que ya huele a campeón. En resumen: el drama entre Barcelona y Liga recién se calienta.

OTRA VEZ CORNEJO

Liga necesitó apenas 35 segundos. Carlos Gruezo, como si fuera extremo, se llevó la pelota por la raya, dribló, hizo lo que quiso y habilitó a José Quintero. El “Choclo” sacó el primer centro del partido, Carabalí despejó de cabeza, pero el balón cayó perfecto para el chileno Cornejo, que sin dejarla picar metió un derechazo violento. Golazo.

Goles en el Monumental

De Arruabarrena solo miró cómo la pelota se metía. Los jugadores de Liga de Quito celebraban todavía con olor a perfume, sin una gota de sudor.

Después vendrían los “casi goles”, como el misil de Jhonny Quiñónez al 32’, que merecía terminar en la red. Barcelona vivía su mejor momento y, segundos después, Miguel Parrales quedó solo entre la zaga alba, pero apareció Leonel Quiñónez para salvar a los capitalinos.

EL AUTOGOL

En el 45+4’, Barcelona empujó con todo. Una serie de rebotes en el área de Alexander Domínguez —Parrales primero, luego Joao Rojas desde una posición incómoda— terminó con la pelota chocando en dos jugadores de Liga antes de que Cuero la empujara a su propio arco.

Era el 1-1 y Joao gritaba “¡aguanta, aguanta!” mientras todos celebraban. El empate, sin embargo, sabía a poco: Barcelona debía ganar o ganar.

RIVERO Y EL GOL DE LA ILUSIÓN

A los 65’ ingresó Octavio Rivero por Parrales. Cuatro minutos después, Joao Rojas armó la jugada, Joaquín Valiente la tocó y el uruguayo fusiló a Domínguez. Era el 2-1, el gol de la ilusión, la euforia en el Monumental.

Pero Liga siempre tiene una carta bajo la manga. Lautaro Pastrán inició la acción, se metió al área amarilla y definió cruzado para el 2-2. Los Albos se llevaron un punto clave, y el hexagonal sigue ardiendo.

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