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Diario Extra Ecuador

El retiro de Klaus Jungbluth, el primer ecuatoriano en unos Juegos de Invierno

El esquiador guayaquileño, Klaus Jungbluth, 'colgará los bastones' en los próximos Juegos Olímpicos de Invierno Milano-Cortina 2026. Así se prepara

Klaus Jungbluth es un destacado esquiador ecuatoriano, con partipaciones en juegos olímpicos.

Klaus Jungbluth es un destacado esquiador ecuatoriano, con partipaciones en juegos olímpicos.Cortesía

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A más de 9.000 kilómetros de Guayaquil, en el corazón de los Alpes suizos, Klaus Jungbluth se prepara para el que asegura será su último viaje olímpico. En Brig, donde reside desde hace tres años, el ecuatoriano de 46 años, quien lleva el cartel de ser el primer tricolor en competir en unos Juegos Olímpicos de Invierno, se alista para cerrar en Milano-Cortina 2026 un ciclo que comenzó en 2018, cuando su nombre resonó por primera vez en el circuito invernal mundial.

De Guayaquil a los Alpes

Jungbluth comenzó su aventura en el esquí en un lugar ajeno a la nieve: el asfalto en Guayaquil. Para él, la superficie de su ciudad natal y la nieve no son tan distintos. “Son casi dos deportes diferentes, pero lo técnico que se gana en asfalto se puede llevar a la nieve”, explicó.

Su primer ciclo olímpico fue una construcción a pulso, dividida entre Guayaquil y Australia, país donde vivió por una temporada.

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“Me clasifiqué a los Olímpicos de Invierno de PyeongChang 2018 mientras vivía en Australia. Participé y luego quise seguir con el deporte, no dejarlo ahí, sino continuar promoviendo el esquí y motivando a otros”, recordó.

El camino no fue sencillo. Tras PyeongChang 2018, Klaus siguió luchando por llegar a Beijing 2022, pero la pandemia se cruzó como un muro. Las restricciones en Australia frenaron su preparación y lo dejaron contra las cuerdas.

Suiza, nueva oportunidad

Klaus Jungbluth durante unos juegos olímpicos de invierno.

Klaus Jungbluth durante unos juegos olímpicos de invierno.Cortesía

Con el antecedente y ya instalado en Suiza por trabajo, la llama olímpica volvió a encenderse. En un país donde el esquí es parte de la cultura cotidiana, Klaus encontró un nuevo respiro para su sueño olímpico. “Aquí en Europa, el invierno ofrecía muchas más posibilidades para entrenar. Pude hacerlo en la nieve desde noviembre hasta marzo, lo que me permitió prepararme de manera más efectiva”, explica.

Klaus enfrentó una nueva regla de clasificación para los Juegos Olímpicos de 2026, que ofrecía una segunda oportunidad en las Copas del Mundo entre noviembre y diciembre de 2025. “Tuve que reinventarme. Busqué un nuevo método de entrenamiento, me asesoré con profesores en Eslovaquia y armé un plan que me permitió mejorar físicamente”, cuenta actualmente.

El entrenamiento en los glaciares de Europa, en lugares de altitud le permitió tener una mejor preparación, hasta que en octubre de este año, con la mirada puesta en la Copa del Mundo de Ruka, Finlandia, su última oportunidad para clasificar, Klaus logró la hazaña: “Gracias a Dios todo salió bien. El resultado se dio y obtuvimos la clasificación”.

Hoy, a medida que su segundo ciclo olímpico avanza, Jungbluth reconoce que esta será su última participación en unos Juegos Olímpicos de Invierno. La exigencia física, las responsabilidades familiares y laborales, y el paso del tiempo han hecho que se acerque al final con una sensación de plenitud. “Sí, estos serán mis últimos Juegos Olímpicos. La edad sigue avanzando, y no es fácil mantener un ritmo de 20 horas de entrenamiento semanales con compromisos laborales y familiares. No puedo hacer eso por cuatro años más”, precisó con serenidad a la espera de un nuevo hito.

Su objetivo final

Más allá de la medalla o de la clasificación, Klaus tiene un deseo claro en esta última aventura: “Me gustaría que la gente vea en mí un reflejo de trabajo arduo, de perseverancia, de no rendirse. No necesariamente tienen que ser metas deportivas, sino personales, profesionales, familiares”, acotó.

“Mis hijos ven mi esfuerzo diario, ven cuando regreso de los entrenamientos temprano o cuando salgo los fines de semana a entrenar”, comenta. Aunque no espera que sus hijos sigan sus pasos como atletas olímpicos, desea que aprendan algo más importante: “Cuando uno se propone algo, con trabajo continuo y sin rendirse, poco a poco lo consigue”, cerró.

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