El regreso de Liga Deportiva Universitaria de Portoviejo a la Serie B provocó un estallido de alegría difícil de describir. Fue un júbilo inmenso, una emoción que desbordó cada rincón de la capital de los manabitas. Apenas el pitazo final confirmó la clasificación, los hinchas verde y blanco tomaron las calles de Portoviejo para escribir una de las celebraciones más intensas de los últimos años.

En un carro descapotable, jugadores, cuerpo técnico, dirigentes y el alcalde Javier Pincay avanzaron lentamente entre aplausos, bocinas y cacerolas. A su alrededor, centenares de motociclistas, ciclistas y vehículos particulares formaron una caravana interminable que por más de dos horas acompañó a los protagonistas del ascenso. 

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La presidenta del club, Mónica Zamora, destacó que el retorno a la Serie B es fruto de “la unión, el apoyo incondicional de la hinchada y el compromiso absoluto de los jugadores”. Recordó que el año pasado el sueño quedó a un paso en Esmeraldas, pero esta vez, en casa y ante su gente, la historia tomó otro rumbo. El gol del colombiano Jhojan Riascos, que sentenció el 1–0 ante Ampetra, abrió la puerta del ascenso y desató la fiesta que la ciudad esperaba.

El recorrido triunfal culminó en el Parque de la Rotonda, donde una tarima recibió a los héroes de la jornada. Allí, jugadores, dirigentes y el alcalde compartieron sus palabras ante una multitud que no dejaba de aplaudir. La música de orquestas manabitas puso el ritmo a una noche inolvidable para Portoviejo y para su equipo.

Los ecos de la celebración

En medio de la multitud, la emoción se mezcló con lágrimas, abrazos y promesas de apoyo eterno. Edison Zambrano, hincha de toda la vida, expresó lo que muchos sentían: “Ya era hora. Este momento lo veníamos esperando. Fueron años de sufrimiento, de ilusiones que se fueron apagando, pero sabíamos que este era el año. Con este plantel, era el momento… y lo aprovechamos”.

Muchos fanáticos celebraron hasta el amanecer, algunos con currincho en mano, otros con banderas y camisetas que flameaban al viento, orgullosos de ver a Liga de Portoviejo regresar al fútbol profesional.

Reflexiones tras la celebración

Aunque la alegría era absoluta, en el ambiente también surgieron voces que resaltaron que el verdadero desafío inicia ahora. Algunos hinchas y dirigentes señalaron que 2026 será clave para que Liga de Portoviejo conforme un plantel competitivo, capaz de sostenerse en la Serie B y evitar convertirse en un “equipo ascensor”. Tras años de lucha en el Ascenso Nacional, la oportunidad de consolidarse es vista como una responsabilidad y un reto que no debe pasar desapercibido.

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