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Mamá sin drama

Día de las Madres: del Astillero también surgen las 'doñas' hinchas.Ilustración Miguel Rodríguez

Madres e hinchas: las mujeres que hacen del estadio su segundo hogar

Madres ecuatorianas comparten su amor por el fútbol con sus hijos, creando recuerdos imborrables en los estadios y en sus hogares

El fútbol no es solo un deporte. Para algunas madres ecuatorianas, es un sentimiento profundo, una pasión que trasciende las canchas y se convierte en un vínculo familiar que se transmite de generación en generación. En el Día de las Madres, aplaudimos y contamos cómo algunas mujeres han logrado compaginar su rol de madre con su amor incondicional por el fútbol, creando experiencias únicas junto a sus hijos.

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¿Cómo se vive el fútbol desde la maternidad?

Ser madre y fanática de fútbol no es una tarea sencilla. El compromiso con los hijos y las responsabilidades familiares pueden, en ocasiones, hacer que el tiempo para el equipo de sus amores se reduzca. Sin embargo, la pasión por el fútbol no desaparece; se adapta a las nuevas circunstancias, transformándose en una parte importante de la dinámica familiar.

Mirna Saldarreaga, hincha de Emelec desde sus 20 años, lo explica con claridad. “Cuando tuve mi primer hijo (a los 29), ya lo seguía poco (al club millonario), pues los hijos te ocupan, les das más espacio a ellos”, comenta Mirna a EXTRA. La maternidad trajo consigo una reconfiguración de su vida, y aunque el fútbol pasó a un segundo plano, nunca dejó de ser parte de su identidad.

Mirna, madre hincha de Emelec.Cortesía

Mirna no es de las que se rinden fácilmente. A pesar de que el equipo de sus amores no atraviesa su mejor momento en la LigaPro, siempre mantiene la esperanza: “Ahora mi equipo está malo (en los últimos puestos), pero esperemos que le alcance para estar mejor en las próximas etapas”. Con un cariño intacto por Emelec, Mirna sigue acompañando a su equipo, incluso si no siempre puede asistir al estadio o ver todos los partidos en vivo. La tecnología, como las aplicaciones móviles, se ha convertido en una aliada para seguir cada resultado y mantenerse conectada con la emoción del fútbol.

El fútbol como tradición familiar: el caso de Leyda Troya

En la familia de Leyda Troya, hincha de Barcelona SC, el fútbol está presente desde la niñez. Leyda creció con la camiseta amarilla en el corazón, y su amor por el Barcelona se consolidó a los 7 años, cuando su padre la llevó por primera vez al estadio. “Mi papá me llevó al estadio, y desde ahí comenzó mi amor y pasión por Barcelona”, recuerda. Para ella, ese primer contacto directo con el equipo fue un momento mágico, una experiencia que nunca olvidó y que se convirtió en el origen de su inquebrantable amor por el fútbol.

Leyda es barcelonista y, aunque comparte su afición por el fútbol con sus dos hijos, uno de ellos es hincha de Emelec.Cortesía

Leyda ha mantenido viva esa pasión a lo largo de los años, y ahora, como madre, ha transmitido ese amor por Barcelona a sus hijos. El fútbol no es solo algo que ve en la televisión o en el estadio, sino algo que comparte activamente con ellos. “Soy de las personas que van frecuentemente al estadio, a pesar de que a veces el equipo juega tarde y es complicado conseguir taxi, porque hay que salir hasta la avenida principal”, cuenta Leyda, quien no se pierde oportunidad para alentar a su equipo del alma. “A mí se me eriza la piel cuando veo salir al equipo a la cancha. De tanto cantar, salgo hasta disfónica, pero no me importa... El amor por Barcelona es inexplicable; solo quien ama el fútbol puede entender este sentimiento”.

Rivalidades familiares: el clásico y las apuestas entre madre e hijos

Una de las particularidades más interesantes de estas historias de madres futboleras es cómo el fútbol se convierte en una oportunidad para fomentar relaciones familiares, especialmente en un contexto de rivalidad sana. En el caso de Leyda, quien tiene dos hijos, el fútbol ha generado dinámicas divertidas y entrañables dentro de su hogar, a pesar de que uno de sus hijos es hincha de Emelec. “Tengo dos hijos. El mayor es eléctrico. Cuando hay clásico, me voy de infiltrada cuando se juega en el Capwell, obviamente no con la camiseta de Emelec, sino con la camiseta azul de Ecuador”, dice Leyda.

Las apuestas entre madre e hijo se han vuelto parte de la tradición. Leyda recuerda con cariño el Clásico del Astillero del 23 de agosto de 2020, un partido que dejó una anécdota inolvidable. “Mi hijo, siendo emelecista, se puso la camiseta de Barcelona, y Emelec perdió. Él salió llorando del estadio, y con mi hijo menor nos reíamos de él, que tuvo que ponerse la camiseta del Ídolo… ¡y encima su equipo perdió!” Con risas, Leyda rememora ese momento.

Mirna sigue al Emelec desde antes de ser madre.Cortesía

El fútbol y la maternidad: momentos especiales entre madre e hijo

Ambas historias revelan cómo el fútbol va más allá de ser solo un entretenimiento; se convierte en una experiencia que se comparte entre madres e hijos, generando recuerdos y sentimientos que perduran. Para Leyda, uno de los momentos más significativos de su vida futbolera fue cuando, en pleno proceso de parto, no dudó en pedirle al médico que subiera el volumen de la radio para escuchar un partido de Barcelona contra Nacional en 2006. “Estaba dando a luz y el doctor estaba escuchando el partido de Barcelona vs. Nacional. Yo le dije al doctor: ‘¡Súbale el volumen!’ Y era gol tras gol...”, recuerda entre risas Leyda.

El fútbol también se convierte en una excusa para compartir con los hijos momentos de alegría, emoción y unidad familiar. Aunque el amor por un equipo puede generar rivalidades, el fútbol, en su esencia, tiene la capacidad de unir a las familias y crear historias que se cuentan durante toda la vida.

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