El silencio de la tarde fue roto por una ráfaga de disparos. Minutos después, el cuerpo sin vida de un joven conductor de taxi quedó tendido sobre el volante de su vehículo amarillo, en medio del asfalto caliente de la vía que conecta Esmeraldas con Atacames, a la altura del sector conocido como “la Y” de Vuelta Larga.

Eran cerca de las 15:00 de este sábado 25 de octubre cuando habitantes del lugar escucharon varios tiros. Algunos se asomaron con cautela desde sus viviendas y alcanzaron a ver un taxi detenido, con las puertas abiertas y un hombre inmóvil en el asiento del conductor. A un costado, otro hombre, el copiloto, se tambaleaba mientras intentaba correr en busca de ayuda.

La víctima fue identificada como Leonardo Valencia, de aproximadamente 26 años, conducía un taxi ejecutivo con placas PDB-4074, perteneciente a la cooperativa Vuelta Car, que realiza servicios entre las parroquias Vuelta Larga, Tabiazo y otros sectores rurales del sur de Esmeraldas. Según testigos, minutos antes del ataque el vehículo se desplazaba con normalidad hasta que fue interceptado por sujetos armados que abrieron fuego sin mediar palabra.

“Le dispararon al estilo sicariato”, comentó un agente policial en el sitio. “El copiloto alcanzó a salir herido y caminó hasta buscar asistencia médica. El conductor murió de contado”. 

La escena del crimen

El taxi quedó estacionado a un costado de la vía, frente a unos talleres de vehículos pesados, con el parabrisas perforado por los impactos de bala. Dentro, el cuerpo del conductor permanecía inclinado sobre el volante. Policías de Criminalística acordonaron el área mientras el vehículo de Medicina Legal llegaba para realizar el levantamiento del cadáver.

Cinco indicios balísticos fueron hallados en el sitio, según los primeros reportes. La sangre del copiloto quedó marcada sobre el pavimento, evidencia del intento desesperado por sobrevivir tras el ataque.

El hecho ocurrió a escasos metros del cementerio Jardines de la Paz, un punto de referencia en la vía que conduce hacia Atacames. La zona, generalmente transitada por taxistas y pequeños comerciantes, se convirtió por algunos minutos en escenario del terror.

Versiones recogidas en el sitio apuntan a que el joven era oriundo de la parroquia Tabiazo y trabajaba como conductor contratado por la cooperativa Vuelta Car, con base en la parroquia Vuelta Larga.

El copiloto, cuya identidad no ha sido revelada, fue trasladado por sus propios medios a un centro asistencial. Se desconoce su estado de salud.

“Estamos verificando la procedencia del vehículo, los registros de la cooperativa y los posibles antecedentes de los ocupantes”, señaló uno de los uniformados que participó en la escena. “Por la forma de ejecución, todo apunta a un ajuste de cuentas o ataque dirigido”.

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