El estruendo de varios disparos interrumpió la calma de la noche del pasado domingo 26 de octubre en el sector Nueva Esperanza, conocido también como La 13, en el sur del cantón Atacames. Eran cerca de las ocho de la noche cuando, según testigos, dos sujetos en motocicleta se acercaron a un joven que conversaba con amigos en una esquina y abrieron fuego sin mediar palabra.

La víctima fue identificada como “Jefferson”, a quien en el barrio todos conocían como “Nobita”. Murió en el lugar tras recibir varios impactos de bala. “Solo escuchamos las detonaciones y cuando salimos ya estaba en el suelo. Era un muchacho tranquilo, creció aquí, todos lo queríamos”, relató doña Carmen Quiñónez, vecina del sector.

Otro morador, que pidió mantener su nombre en reserva, contó que los atacantes huyeron rumbo a la vía principal. “Fueron segundos. Llegaron, dispararon y se fueron. La gente corrió por todos lados, fue horrible”, dijo.

Criminalística recogió evidencias

Agentes de la Policía Nacional y miembros de Criminalística llegaron minutos después para acordonar el área y recoger indicios balísticos. “En el lugar se hallaron varios casquillos de arma de fuego. Se investigan las causas y posibles vínculos con otros hechos violentos registrados en los últimos días”, informó un oficial que participó en las pericias preliminares.

El crimen de Nobita se suma a una serie de homicidios que, en menos de 48 horas, han teñido de luto a la provincia. El sábado, dos adolescentes fueron asesinados en un terreno baldío en el sector Las Hamacas, en la parroquia Tonsupa, mientras que en la capital provincial un taxista fue atacado dentro de su vehículo y en Chamanga, cantón Muisne, otro hombre perdió la vida en un ataque al estilo sicariato dentro de un billar.

La violencia parece no dar tregua en Esmeraldas. En los barrios, el miedo se ha convertido en rutina y los vecinos solo piden que la paz vuelva a las calles donde antes los niños jugaban sin temor.

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