La llama de la Posta de la Lojanidad volvió a recorrer las calles de Loja, encendiendo el fervor cívico y comunitario de sus habitantes. Esta tradición que nació hace 65 años en el barrio Máximo Agustín Rodríguez mantiene viva la identidad local en el marco de los 205 años de independencia y los 477 de fundación de la ciudad. 

En esta edición participan los barrios Máximo Agustín Rodríguez, Miraflores Alto, El Bosque, Virgenpamba, El Valle, San Cayetano, El Rosal, Olmedo y Mercadillo, donde los vecinos se unieron para recibir la antorcha que simboliza unidad y amor por la tierra lojana.

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El alcalde encargado de Loja, Pablo Quiñónez, acompañó el recorrido de la posta y resaltó el valor de esta iniciativa ciudadana. “Esta tradición lleva ese espíritu libertario que caracteriza a los lojanos. No solo se trata de recorrer los barrios, sino de escuchar a los vecinos, conocer sus necesidades y entregar realidades concretas, no promesas vacías”, manifestó. 

Además, anunció inversiones superiores a los 200 mil dólares en obras de alcantarillado y mejoramiento de infraestructura comunitaria en varios sectores. “El objetivo es recuperar el tiempo perdido y reencaminar a Loja hacia el sitial que siempre debió mantener”, sostuvo.

Por su parte, Erick Sánchez, presidente del barrio Miraflores Alto, destacó que la posta llegó al sector como símbolo de compromiso y trabajo conjunto. “Se han ejecutado dos obras importantes: la reconstrucción de la casa comunal y la construcción del alcantarillado sanitario de la calle Huancavilca, con más de 2.5 kilómetros de tuberías nuevas que reemplazan las que estaban obsoletas desde 1980”, explicó. No obstante, insistió en que aún quedan tareas pendientes. 

“Queremos que las autoridades continúen con el asfaltado, el cambio del sistema de agua potable y el alcantarillado pluvial. Son molestias momentáneas, pero necesarias para vivir con dignidad”, señaló.

Ciudadanos resaltan el valor de la Posta de la Lojanidad

Los moradores de otros sectores también compartieron su entusiasmo. María Luz Castillo, del barrio El Valle, afirmó que la posta fortalece el sentido de identidad y participación ciudadana. “Es gratificante ver al alcalde encargado recorriendo los barrios y escuchando de cerca nuestras necesidades”, expresó. 

En tanto, Carlos Poma, de Virgenpamba, subrayó que la tradición debe mantenerse viva entre las nuevas generaciones. “Ser lojano es más que una fecha; es compromiso, historia y amor por nuestra ciudad”, dijo.

La Posta de la Lojanidad continuará su recorrido por los barrios participantes, llevando consigo el fuego del civismo, el orgullo de ser lojano y la esperanza de un futuro con más obras, desarrollo y bienestar para todos.

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