Explosiones en Ecuador 2025: las imágenes del caos que marcaron un año de violencia
El 2025 quedó marcado por una escalada de violencia sin precedentes en Ecuador: coches bomba y demás ataques con explosivos a comercios, viviendas y más

La explosión del coche bomba en la av. Joaquín Orrantia, en Guayaquil, trascendió a la atención internacional.
En 2025, el estruendo de una explosión se volvió una señal recurrente de la violencia criminal en Ecuador. Lo que antes eran episodios aislados pasó a convertirse en una sucesión de atentados con artefactos explosivos que golpearon zonas comerciales, barrios residenciales, centros penitenciarios y vías estratégicas. Las imágenes de vidrios rotos, vehículos calcinados y calles acordonadas marcaron la agenda informativa.
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Ha quedado documentado cómo el crimen organizado incorporó el uso de explosivos como mecanismo de intimidación y control, especialmente vinculado a extorsiones, disputas territoriales y represalias contra operativos del Estado. En este recuento de EXTRA, repasamos los hechos más impactantes del año.
Av. Joaquín Orrantia: el atentado que sacudió a Ecuador
La tarde del 14 de octubre, un vehículo cargado con explosivos detonó frente al centro comercial Mall del Sol, en el norte de Guayaquil. La explosión se produjo en plena hora de afluencia, cuando decenas de personas transitaban por la zona financiera y hotelera. El estallido dejó un taxista fallecido y más de 25 personas heridas, además de daños severos en vehículos, fachadas y ventanales.

Caos por explosión frente al Mall del Sol, en octubre de 2025.
La magnitud del ataque provocó una reacción inmediata del Estado. La Policía Nacional confirmó que se trató de un coche bomba y que un segundo vehículo con explosivos fue neutralizado horas después. El atentado marcó un punto de quiebre en la percepción de seguridad, al golpear un símbolo urbano de alto perfil y generar alertas incluso a nivel internacional.

Caos por explosión frente al Mall del Sol, en octubre de 2025.
La Bahía: el terror alcanza al comercio popular
El 3 de junio, una fuerte explosión sacudió la Bahía de Guayaquil, uno de los principales centros de comercio informal del país. Un artefacto detonó en la madrugada, afectando varios locales y dejando personas heridas, además de importantes pérdidas económicas.

En junio de 2025, la violencia criminal con explosivos llegó a la Bahía de Guayaquil.
El ataque, según la versión oficial, estuvo vinculado a redes de extorsión que exigían pagos a comerciantes. La detonación no solo destruyó negocios, sino que reforzó el temor entre vendedores que, desde meses atrás, denunciaban amenazas. Así, la violencia alcanzó incluso a los sectores más populares de la economía urbana.

En junio de 2025, la violencia criminal con explosivos llegó a la Bahía de Guayaquil.
Penitenciaría del Litoral: un mensaje directo al Estado
El 13 de marzo, un vehículo cargado con explosivos estalló en la vía a Daule, en las inmediaciones de la Penitenciaría del Litoral (Guayaquil), el centro carcelario más grande y conflictivo del país. La explosión dejó un guía penitenciario fallecido y varios heridos, además de daños a vehículos que circulaban por el sector.

En marzo de 2025, un coche bomba detonó fuera de la Penitenciaría del Litoral.
El atentado ocurrió en un contexto de operativos de control carcelario, lo que reforzó la hipótesis de un mensaje directo del crimen organizado contra las autoridades. El hecho elevó las alertas de seguridad en el sistema penitenciario y mostró la capacidad de las bandas para operar fuera de los muros carcelarios.

En marzo de 2025, un coche bomba detonó fuera de la Penitenciaría del Litoral.
Samanes 2: el terror llega a los barrios
Durante mayo, el sector Samanes, en el norte de Guayaquil, fue escenario de varios ataques con explosivos contra viviendas. Los artefactos detonaron de madrugada, provocando daños estructurales y obligando a familias a abandonar temporalmente sus casas.

Los ataques con explosivos llegaron a Samanes, en el norte de Guayaquil, a mediados de año.
Vecinos vivieron días de zozobra, mientras la Policía confirmó que los ataques estaban relacionados con extorsiones. Este patrón evidenció que la violencia no solo apuntaba a grandes objetivos, sino también a hogares comunes como forma de presión criminal.

Los ataques con explosivos llegaron a Samanes, en el norte de Guayaquil, a mediados de año.
Negocios bajo amenaza constante
Locales comerciales dedicados a la venta de llantas y repuestos fueron atacados con explosivos en distintos puntos de Guayaquil. Las detonaciones ocurrieron de madrugada y no dejaron víctimas, pero sí cuantiosos daños materiales. Según las investigaciones, los atentados respondían a la negativa de los propietarios a pagar extorsiones. Estos hechos reforzaron la percepción de que emprender o mantener un negocio se volvió una actividad de alto riesgo.

En el centro de Guayaquil, locales de diversión nocturna estuvieron entre los afectados.
En septiembre, dos explosiones se registraron el mismo día cerca de mercados y zonas comerciales de Guayaquil, incluyendo sitios de diversión nocturna. Aunque no hubo fallecidos, el pánico se apoderó de comerciantes y clientes. Se registró la detención de un menor presuntamente implicado, un detalle que evidenció el reclutamiento de jóvenes por bandas criminales para ejecutar atentados.

En el centro de Guayaquil, locales de diversión nocturna estuvieron entre los afectados.
Machala: la violencia se expande al sur
Entre marzo y abril, Machala vivió varios atentados con explosivos en barrios y en el sector Puerto Bolívar, incluyendo la afectación de un puente. Las detonaciones causaron daños en viviendas y vehículos. Estos hechos confirmaron la expansión territorial de la violencia con explosivos, rompiendo la idea de que se trataba de un problema exclusivo de Guayaquil.

Machala acompañó a Guayaquil como las ciudades en que más ataques con explosivos se registraron.
El 2025 cerró con una constante inquietante: las explosiones se normalizaron como herramienta del crimen organizado. Más allá de las cifras, las imágenes del caos dejaron una huella profunda en la memoria colectiva del país. Datos oficiales recogidos hasta octubre, daban cuenta y razón de que Machala y Guayaquil concentraron dos tercios de los ataques con explosivos registrados en Ecuador en 2025.

Machala acompañó a Guayaquil como las ciudades en que más ataques con explosivos se registraron.
Entre enero y el 17 de octubre, Machala reportó 42 detonaciones y Guayaquil 38, lo que equivalía al 66 % de los 120 eventos contabilizados a escala nacional. A nivel provincial, El Oro concentraba el 46 % de las explosiones y Guayas el 39 %. En comparación con 2024, cuando se registraron 70 ataques con explosivos, en 2025 estos hechos aumentaron un 71,4 %, en un contexto marcado por disputas entre facciones criminales, principalmente vinculadas a la banda Los Lobos.
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