La tarde del martes 11 de noviembre, un hecho violento volvió a golpear a la Policía Nacional y dejó más preguntas que respuestas. El cabo segundo José Julio Muñiz Mejía, de 35 años, fue asesinado en la avenida García Moreno, en el cantón Milagro, en circunstancias que hoy son materia de rigurosa investigación.

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Muñiz, quien estaba asignado al servicio motorizado, había pedido un permiso momentáneo para entregar unos libros a su hijo. Esa fue la última comunicación que tuvo antes de que moradores del sector alertaran al ECU-911 sobre un policía malherido. Cuando los agentes llegaron a la zona de Chobo, confirmaron que se trataba del cabo Muñiz, quien presentaba dos impactos de bala. Murió a causa de la gravedad de las heridas.

Lo que ocurrió en los minutos posteriores ha encendido las alarmas dentro de la institución. Una fuente policial reveló que el uniformado habría recibido una llamada telefónica poco antes de dirigirse al sitio donde fue atacado. Esa comunicación es ahora clave, pues podría explicar por qué el cabo estaba en una vía de segundo orden y, sobre todo, por qué allí se encontró con su agresor.

Intercambio de disparos

Una fuente policial señala que en ese lugar se produjo un intercambio de disparos entre Muñiz y un individuo armado, quien también resultó herido. "Habitantes de la zona contaron que alrededor de las 18:00 vieron salir de los matorrales a un hombre ensangrentado, vestido con una pantaloneta jean y camiseta roja, suplicando ayuda para llegar a un hospital. Una camioneta roja lo recogió minutos después", indicó.

Horas más tarde, durante operativos ejecutados en distintos puntos de Milagro, la Policía aprehendió a un sospechoso identificado como Dayan Emanuel Garcés Arévalo, de 24 años, quien habría recibido atención médica y, tras el alta, fue puesto bajo custodia. Según fuentes policiales, todo apunta a que Garcés sería la misma persona herida en el enfrentamiento y presunto responsable de la muerte del cabo Muñiz.

Lo que permanece en duda —y que investigadores consideran una línea clave— es la razón por la que ambos estaban en ese lugar. “Nadie sabe aún qué hacían juntos ahí. Todo indica que hubo una cita previa. El sospechoso de la muerte del policía Muñiz fue dado de alta y ya se encuetra en una cárcel de Guayaquil”, señaló una fuente reservada de la institución, que confirmó que el uniformado había acudido al sitio voluntariamente.

La muerte del cabo Muñiz se suma a una cadena de ataques contra servidores policiales en las últimas semanas. Solo horas después, en un hecho distinto registrado en el cantón Olmedo, Manabí, fueron asesinados dos policías más: el sargento Edgar Eduardo Suárez Gómez y el cabo primero Nelson Eugenio Delgado Pinargote.

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