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Ecuador

La vida lujosa también es tema de ostenta en redes sociales.Archivo (referencial)

La influencia de las redes en la cultura criminal de Ecuador

Especialistas advierten que las plataformas refuerzan la difusión de violencia, vuelven aspiracional la delincuencia y facilitan el reclutamiento

La violencia en Ecuador ya no se mide solo en cifras de muertes violentas o en noticias policiales. Hoy también se expresa en las pantallas de celulares, donde videos de armas, lujos y amenazas circulan con facilidad en redes sociales y aplicaciones de mensajería. Lo que antes quedaba en rumores de barrio o en la calle, ahora se comparte en TikTok, WhatsApp o Telegram con un alcance que traspasa fronteras.

Para Christian Espinoza, especialista en información y nuevas tecnologías, este fenómeno responde a un control limitado en estas plataformas. “En redes como TikTok y en aplicaciones de mensajería casi no hay filtros. Eso permite que los criminales difundan todo lo relacionado con el mundo delincuencial”, explica.

Uno de los factores más preocupantes, añade Espinoza, son los algoritmos. Estas fórmulas matemáticas identifican las preferencias de cada usuario y repiten los contenidos que más consume. “Si alguien mira videos de bandas criminales, recibirá más de lo mismo. Y con eso, el usuario entra en una burbuja de información que refuerza la cultura criminal en Internet”, sostiene.

El problema no se queda solo en la cantidad de material disponible, sino en el efecto que genera. A mayor difusión, más se normaliza la violencia. Espinoza advierte que los usuarios terminan siendo influenciados por lo que ven, incluso cuando al inicio solo lo consumen por curiosidad.

El crimen se ha vuelto aspiracional

Delincuentes como Los Tiguerones se popularizaron en redes sociales.Archivo

Ana Minga, especialista en seguridad, coincide en que el riesgo es evidente. Para ella, las redes sociales amplifican la violencia y la vuelven atractiva. “La convierten en algo aspiracional. Habrá jóvenes que deseen formar parte de ese mundo porque se les presenta como un estilo de vida lleno de poder y dinero”, comenta.

Ese impacto se refleja en dos frentes: el primero es el reclutamiento, pues los delincuentes encuentran en las redes un escaparate para atraer a nuevos miembros. El segundo es la intimidación, ya que la difusión de videos con armas o mensajes de amenaza sirve para sembrar miedo en barrios y comunidades. “La tecnología no es mala, pero se la usa con esos fines. Las redes ayudan a fortalecer la apología de los delitos”, recalca Minga.

La experta recuerda que en Latinoamérica existe desde hace décadas la llamada “cultura narco”, donde se emulan lujos, modas y comportamientos asociados al crimen organizado. Lo novedoso es que hoy esa influencia se multiplica a través de internet. “No todos se unirán a una banda, pero sí hay quienes adoptan gustos, formas de vestir o de hablar que antes solo se veían en los grupos delincuenciales”, señala.

Mientras las plataformas continúan siendo terreno fértil para la difusión de estos mensajes, los expertos insisten en la urgencia de crear estrategias educativas y campañas de prevención. Sin medidas claras, la cultura criminal seguirá fortaleciéndose en el mundo digital, moldeando el imaginario de miles de jóvenes que encuentran en las redes un espejo de poder y violencia.

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