Los disparos hechos en un barrio de Esmeraldas, en la provincia del mismo nombre, la noche del martes 2 de diciembre, no solo rompieron la rutina y sembraron el terror, sino que dejaron dolor e incertidumbre en familias del sector.

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Esa noche, dos personas fueron atacadas con saña. Una sobrevivió, pero la otra (una adolescente de 17 años) no corrió con la misma suerte. La víctima, Mel, quedó tendida en una cancha, dejando en la orfandad a una bebé. El hecho generó consternación en la comunidad esmeraldeña, que repudia el suceso.

“Era una muchacha tranquila, siempre pendiente de su hija. No merecía morir así”, relató entre lágrimas doña Teresa, vecina del sector, mientras observaba a los policías acordonar la escena.

¿Por qué le cortaron el cabello?

Lo más curioso y repudiable es que según lo narrado por testigos, los agresores dispararon más de ocho veces contra el rostro de la víctima y, antes de huir, le cortaron el cabello.

El gesto, según el psicólogo clínico Manuel Nazareno, tiene un significado profundo porque “en muchas culturas, el cabello de una mujer representa su feminidad, su atractivo, así que cortárselo es como arrebatarle simbólicamente su identidad... Es un gesto que humilla incluso cuando la víctima ya no respira”.

El cuerpo de Mel permaneció en el Centro Forense de Esmeraldas hasta el mediodía de este jueves 4 de diciembre, mientras familiares y amigos aguardaban con impotencia.

La madre de la chica apenas pudo pronunciar unas palabras: “Me quitaron a mi hija, me dejaron a mi nieta sin madre. ¿Quién responde por esto?”. Su voz quebrada se mezclaba con el silencio de quienes acompañaron el velorio improvisado en la vivienda.

La indignación se sintió en cada rincón del barrio. “Nos están matando a las mujeres y nadie hace nada... Mañana puede ser cualquiera de nosotras”, expresó con rabia y dolor Karina, amiga cercana de Mel.

La comunidad exige respuestas, pero sobre todo justicia, en un contexto donde la violencia de género se ha convertido en una amenaza cotidiana.

La mayor cantidad de femicidios

La historia de Mel no es solo la de una adolescente asesinada. Es la representación de un país que aún lucha por erradicar la violencia contra la mujer.

Entre el 1 de enero y el 15 de noviembre de 2025, Ecuador ha registrado 349 femicidios, cifra jamás documentada en el país.

El informe de la Alianza para el Mapeo de Femicidios revela que, de este total, 112 fueron femicidios íntimos, perpetrados por parejas o exparejas; 13 transfemicidios; y 224 femicidios vinculados a sistemas criminales, en los que las mujeres son utilizadas en dinámicas de poder y control.

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