La reunión prevista hoy, martes 30 de septiembre de 2025, entre la Gobernación de Imbabura y la Unión de Organizaciones Campesinas e Indígenas de Cotacachi (Unorcac) no se llevó a cabo, lo que ha atizado la tensión entre ambas partes. Según informó la Gobernación, la ausencia de los representantes indígenas evidencia “falta de seriedad y compromiso” con el diálogo previsto para buscar soluciones pacíficas.

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El encuentro estaba programado para la tarde de este martes en la Universidad Técnica del Norte (UTN) de Ibarra, pero antes de que se diera inicio, la Unorcac emitió un comunicado en el que desconocía el espacio de diálogo. La Gobernación lamentó que no se haya acudido al llamado y enfatizó que, aunque se respeta el derecho a la protesta pacífica dentro del marco legal, cualquier acción que ponga en riesgo la seguridad pública o altere el orden social no será aceptada.

“Hacemos un llamado a la sensatez y al compromiso de todos los actores sociales para evitar la confrontación y trabajar por el bienestar común”, reiteró la Gobernadora de Imbabura, Ab. Maite Landeta Sánchez, en su comunicado oficial.

¿Por qué los líderes indígenas rechazaron la reunión?

La Unorcac aclaró que cualquier diálogo debe desarrollarse en un espacio intercultural que respete y garantice sus usos y costumbres. La organización enfatizó que las comunidades indígenas actúan como un sujeto colectivo, en el cual la máxima autoridad es la asamblea y no decisiones individuales de dirigentes.

“Cualquier decisión que no se toma colectivamente no es válida de acuerdo a las costumbres de nuestras comunidades. Las y los dirigentes mandamos obedeciendo”, señaló la Unión de Organizaciones Campesinas e Indígenas de Cotacachi, subrayando que la participación comunitaria es fundamental en cualquier negociación.

Además, solicitaron a la Gobernación que futuros encuentros sean trasparentes, públicos, sinceros y seguros, y se desarrollen en el marco de una asamblea comunitaria. La organización insiste en que solo un diálogo que respete estas condiciones puede considerarse legítimo y efectivo.

La situación refleja la complejidad de los diálogos entre autoridades gubernamentales y colectivos indígenas, en un contexto donde los reclamos por derechos territoriales y sociales siguen siendo un tema central. Analistas ya han señalado ante la opinión pública que la falta de consenso previo y la ausencia de mecanismos interculturales de negociación suelen ser factores que dificultan la resolución pacífica de conflictos en la región.

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