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Ecuador

San Miguel de Bolívar: Leyenda, festividad y fervor de su patrimonio cultural
En esta localidad celebran con diversos acto al arcángel San Miguel, efigie que les llegó a lomo de una mula
En el corazón del cantón San Miguel, en la provincia de Bolívar, se levanta la iglesia matriz San Miguel Arcángel, templo que guarda entre sus muros décadas de fe, tradición y memoria.
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Su estructura, sobria y majestuosa, domina el centro del pueblo. Seis gradas separan el altar mayor del resto del templo y allí, entre imágenes de santos y advocaciones de la Virgen, resplandece la figura de Jesús Resucitado.
Sin embargo, es en la entrada donde el visitante siente la fuerza espiritual del lugar. En una urna está la imagen del arcángel san Miguel, el patrono y protector del pueblo, y frente a él se ve a la Virgen, completando así el equilibrio simbólico entre la justicia y la misericordia.
Afuera del templo, un mural de vivos colores resume la esencia del pueblo sanmigueleño. En él se representan los tres elementos de mayor trascendencia e identidad para su gente: el arcángel Miguel, como símbolo de fe y protección; la guitarra y el tambor, que evocan la alegría y la herencia musical del carnaval; y el maíz, alimento sagrado que conecta al pueblo con su tierra y su historia ancestral.
Festividad con música y procesiones
Cada año, en septiembre, San Miguel de Bolívar revive su fiesta más grande, con música, procesiones, oraciones, desfiles y una fe que se transmite de generación en generación. Es una celebración que combina lo religioso y lo popular.
“Patrimonio de fe, patrimonio cultural de San Miguel”, se lee en una placa junto a la entrada al templo. Y no es una frase simbólica; la festividad fue declarada Patrimonio Cultural del Ecuador, un reconocimiento que honra no solo las tradiciones, sino también la devoción de todo un pueblo.
El Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), con apoyo de la Unesco, reconoció oficialmente esta festividad valorando su carácter religioso y cultural. Pero para los habitantes, el mayor reconocimiento es el fervor intacto que los une año tras año.

Esta es la respuesta al trabajo mancomunado, porque reconoce lo cultural y sobre todo la fe que se transmite de padres a hijos.
“Este paso significa que San Miguel de Bolívar está en el corazón de todos los sanmigueleños”, expresó el alcalde Vinicio Coloma durante la ceremonia. Orgulloso, el burgomaestre recordó que incluso cuando el lugar se llamaba Bambacagua, los antepasados ya hablaban del poder y la protección del arcángel San Miguel.
Mula llegó con la efigie en una caja
La historia de cómo llegó la imagen al pueblo parece salida de una narración milagrosa. Se cuenta que entre 1801 y 1876, una mula errante apareció en los caminos de san Miguel cargando una gran caja de madera.
Dentro de la caja, los pobladores hallaron la imagen del arcángel. Nadie supo de dónde venía el animal. Se presumió que había escapado de una caravana procedente de Bodegas, en Babahoyo.
La tradición oral asegura que fue el propio san Miguel quien orientó a la mula hasta el pueblo, eligiéndolo como su morada. Desde entonces, cada septiembre, los sanmigueleños retribuyen aquel gesto divino con fiesta, plegarias y gratitud.

En San Miguel de Bolívar, esa devoción se vive con intensidad. No hay casa sin una estampa o una vela encendida al Bermejo de Oro, como lo llaman cariñosamente los devotos.
Este año, entre cánticos y plegarias, los fieles elevaron una súplica especial: “Que bendiga a todo el Ecuador, que ilumine a sus gobernantes y reine la paz, la unión y el respeto”.
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