La modelo y primera finalista de Miss Ecuador 2024, Galia García, de 27 años, asegura que su historia de pérdida de peso merece ser contada. Pasó de vivir con obesidad tipo 3, llegando a pesar 280 libras, a convertirse en parte de un reinado de belleza con tan solo 175 libras, en un cuerpo de 1,75 metros de estatura.

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La guayaquileña, convencida de que su experiencia puede inspirar a muchas personas, lanzó su primer e-book o libro digital titulado: Amarte, el camino empieza por ti, que estará disponible la próxima semana. En este trabajo comparte su proceso.

Pasaste por varias estapas, ¿cuáles fueron?

Me operé un bypass gástrico en 2021 con el que bajé 100 libras. Luego de tres años de esa pérdida drástica, quedó mucha piel excedente en mi cuerpo y tuve que retirarla con una segunda operación, ya estética (abdominoplastia y braquioplastia), para eliminar la piel del abdomen y de los brazos respectivamente. Fueron nueve horas en el quirófano, más de 250 puntos en mi cuerpo, tengo cicatrices muy grandes. Me retiraron 10 libras de piel muerta que no servían.

Entonces, ¿cómo llega el Miss Ecuador?, ¿no te afectó de alguna forma ver a otras chicas que quizá no hayan pasado por todo esto?

Luego de esta operación me llaman del Miss Ecuador y mi primera respuesta fue: no, no quiero. Creo que fueron unas siete llamadas y en todas dije que no, porque no me sentía bien. Imagínate, después de todo este proceso no me creía capaz de competir en un certamen de belleza. Ya en la octava llamada dije: ok, voy a hacerlo. Hablé con mi psicóloga y le pedí que me acompañara en el proceso; lo hice y no me arrepiento. Creo que fue el cierre perfecto para esta historia.

En Instagram hay una foto tuya del antes y después luciendo el mismo traje de baño, ¿cómo fue recrear ese momento?

Mi hermana es fotógrafa y, en ese tiempo, yo era modelo talla plus. Modelaba tallas 2XL y 3XL. Me tomé esa foto, me pareció linda, incluso la portada de mi libro está inspirada en ella. Un día, en la casa de la playa, vi ese traje de baño. Pensé que ya lo había regalado, donado o vendido como hice con toda mi ropa. Lo encontré y dije: tengo que recrear esa foto. Al ponérmelo fue una mezcla de sentimientos, porque en algún momento pensé que no lo iba a lograr.

Trabajabas como modelo talla plus, ¿qué te hizo querer cambiar tu físico?, ¿cuál fue el detonante?

Creo que lo había intentado todo. Nací pesando 10 libras, en la infancia empecé a ganar peso y experimenté el efecto rebote, hasta llegar a la obesidad. Mi trabajo era ser modelo talla plus, y le dije al doctor que si bajaba de peso me iba a quedar sin trabajo. Él me explicó que debía priorizar mi salud. No tenía ningún problema grave, pero sí estaba empezando a ser propensa a la diabetes. En mi libro, en el capítulo llamado El punto de quiebre, explico que todo cambió cuando me tomaron una foto, me vi y dije: no puedo seguir así, tengo que hacer algo con mi vida.

Tienes cicatrices, ¿qué piensas cuando las ves?

¿Sabes qué es lo curioso? Que en redes mucha gente me dice: ‘¿Qué haces con tus cicatrices? ¡Wow, qué grandes son!, ¿estás haciendo algo para eliminarlas?’. Y, Dios mío, no voy a mentir, obviamente me he hecho tratamientos láser para atenuarlas, pero en realidad no me interesa mucho borrarlas. Creo que he aprendido a quererlas, a valorarlas. Mis cicatrices son sinónimo de valentía, coraje, de todo mi esfuerzo. Mi novio me ve y me dice: ‘¡Wow, qué hermosa cicatriz, qué linda toda la historia que hay detrás!’. Mi libro estará disponible la próxima semana y daré a conocer la información en mis redes sociales (@galiagarciag)

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