Veintisiete años después de la trágica muerte del popular animador Marco Vinicio Bedoya, su amigo, colega y cómplice de tantas ‘vaciladas’, el DJ Juan Mazón, revive con emoción aquellos días compartidos.

“Ecuador todavía lo recuerda. Era único. No se hizo lo suficiente para esclarecer su muerte. Se dijeron muchas cosas, pero nunca hubo una verdad contundente”, lamenta Mazón, de 54 años, al recordar aquella noche que marcó su vida.

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Durante años ha preferido guardar silencio sobre el tema, por el dolor que aún le causa y los comentarios que, incluso hoy, siguen surgiendo en su contra.

Horas antes del crimen, Juan y Marco tenían planes de ir al estadio a ver jugar a Barcelona por la Copa Libertadores, pero decidieron cambiar de rumbo y fueron a la discoteca Romanos, acompañados por las modelos Carolina Ramos y Rocío Serrano. “Él estaba animado, como siempre. Esa fue la última vez que lo vi con vida”, recuerda.

La madrugada del 1 de mayo de 1998, a las 04:00, la noticia sacudió al país: Marco Vinicio Bedoya fue baleado en las calles Los Ríos y San Martín, en Guayaquil. Mazón aún no encuentra respuestas. Las balas no solo le arrebataron a su amigo: también lo alcanzaron a él por la espalda. Sobrevivió de milagro. Tras el atentado, asegura que recibió amenazas: le advirtieron que “sería el próximo”.

La Feria de la alegría y A todo dar

Ambos se conocieron en 1990 en una emisora radial. Mazón trabajaba como DJ y promotor musical; Bedoya, como locutor. “Yo estaba en una disquera y Marco se abría camino como animador. Un día me pidió que vaya urgente a la Feria de la Alegría, porque quería hablar conmigo”, recuerda. El programa se emitía desde el teatro 9 de Octubre, en pleno centro de Guayaquil.

Tras bambalinas, Marco le confesó que dejaría su programa en RTS porque había cerrado contrato con TC Televisión. “Me dijo que me quería como DJ en su nuevo espacio. Le respondí que estaba loco, pero me convenció. ‘Vas a ganar más, confía en mí’, me dijo. Solo lo sabían él y Eduardo Holmes, el director del programa”.

Sin embargo, la despedida no fue como Marco la imaginaba. “Minutos antes de terminar el programa, cuando iba a decirle al público que se iba, Holmes le cortó la transmisión. No lo dejó despedirse. Eso lo dejó dolido y frustrado”, cuenta Mazón. A partir de ese episodio, su amistad con Holmes se quebró y nunca se reconciliaron.

No pudo despedirse del público

Para Mazón, la televisión ecuatoriana no ha vuelto a tener una figura con el carisma y conexión que tenía Marco Vinicio.

 “Veo muchos programas, buenos animadores, pero ninguno como él. En los años 90 era el número uno. Solo Roberto Angelelli estaba a su altura. Y claro, Roberto tenía su pinta, también gustaba. Recuerdo que Marco una vez me dijo en broma: ‘Sí, Roberto lo hace bien, es guapo, pero yo soy más caché’”, cuenta entre risas.

Lo respaldó para que entrara a TC

Cuando Juan se presentó en TC para ser parte del programa A todo dar en 1997, Marco lo respaldó. Le dijo que fuera a Recursos Humanos, y antes le aconsejó cuánto debía pedir de sueldo. “Me dijo: ‘Pide un millón doscientos (sucres), porque vas a traer tus equipos de DJ’. Yo pedí un poco más, negocié, y al final me dieron lo que Marco sugirió. Cuando salí, él me abrazó y me dijo: ‘Ya estás adentro’”.

Lo recuerda como un amigo leal, generoso y protector. Una vez, al verlo tomar una buseta fuera del canal, lo hizo bajar y se lo llevó en su carro. “Me preguntó cuánto tenía ahorrado, me llevó a un patio de autos usados y me ayudó a sacar un BMW de segunda. Él me prestó el dinero para completar la compra”.

Lograron que Gilberto Santa Rosa cantara en vivo

Otra anécdota que lo marcó fue durante una emisión en vivo de A todo dar, cuando Marco logró que Gilberto Santa Rosa cantara, aunque no estaba previsto. “Solo debía entrevistarlo, pero nos pusimos de acuerdo con señas. Cuando Marco le pidió que cantara ‘La conciencia’, el público estalló en aplausos. Yo puse la pista. Aunque creo que no le agradó mucho, no le quedó otra que cantar”.

Sobre su amigo, Juan Mazón es categórico: “A Marco lo mataron, sí, pero su legado sigue vivo. Era alegría pura, era televisión de verdad”.

Marco Vinicio fue baleado la madrugada del 1 de mayo de 1998. Un disparo en el abdomen le arrebató la vida. El popular animador dejó 4 hijos. El último es periodista.

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