Con tan solo 25 años, Lenin Tamayo, un joven cantautor peruano ha transformado la escena musical global con una propuesta que rompe esquemas: el Q-pop, una fusión entre el pop coreano (K-pop) y la lengua ancestral quechua.

Su innovadora propuesta artística no solo le ha dado visibilidad a las lenguas originarias del Perú, sino que lo ha llevado a conquistar escenarios internacionales y firmar con una de las disqueras más importantes del mundo.

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El pasado junio, Lenin ofreció su último show como artista independiente en Lima, acompañado de comunidades andinas y un cuerpo de baile tradicional. En ese mismo evento, anunció el lanzamiento de Amaru II y confirmó su firma con la compañía surcoreana HYBE Corporation, el sello que representa al grupo coreano de K-Pop, BTS. Se convierte así en el primer artista quechua en ser fichado por una de las disqueras más influyentes del planeta.

Bullying y fama

Tamayo nació en Lima el 23 de febrero del 2000 y creció en un entorno familiar ligado a la música andina. Su madre, Yolanda Piñares, es cantante tradicional, y desde niño estuvo expuesto al quechua. Durante su adolescencia fue víctima de bullying por sus rasgos indígenas, lo que lo llevó a refugiarse en el K-pop. Esta experiencia dio paso a su identidad artística, mezcló la cultura andina con lo contemporáneo.

El salto a la fama llegó en 2022, cuando un video suyo cantando en quechua se viralizó en TikTok, alcanzando más de 4.4 millones de ‘likes’. Desde entonces, Tamayo ha sido destacado por medios internacionales como la revista Rolling Stone, que lo calificó como “un artista visionario del Q-pop”, y en 2024 fue incluido por la revista TIME en su lista de líderes de la nueva generación o ‘Next Generation Leaders’, al considerarlo un referente global por su innovación cultural.

Su primer EP, Amaru I, marcó un hito en la industria musical. Con canciones como Kutimuni e Intiraymi, fusionó ritmos electrónicos, instrumentos tradicionales como el charango y la zampoña, y letras en quechua con una estética visual inspirada en el pop coreano. “Cantar en quechua es una forma de resistencia, de validar mi existencia”, ha dicho el artista.

Gira por Asia

El impacto de su propuesta fue tal que en 2024 emprendió su primera gira internacional por Asia, con conciertos con entradas agotadas en Corea del Sur, India, Tailandia y Vietnam. Incluso se presentó en la Ópera de Hanói, llevando el idioma quechua a públicos que no comparten su lengua, pero sí su emoción.

Tamayo ha logrado lo impensable: llevar el quechua desde las montañas del Perú hasta los escenarios del pop global, posicionándose como símbolo de orgullo indígena y embajador de una nueva generación que defiende su identidad con creatividad y fuerza.

Quería ser cantante y la mezcla del quechua con el K-pop ocurrió de forma natural. “¿Por qué no traslado esta experiencia del K-pop con la música andina?”, se dijo Lenin, de ahora 23 años, mientras practicaba sus pasos de baile en su casa en un suburbio de Lima.

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