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Farándula

Luis Eduardo Jaramillo: el exreportero de VCT regresó al país para servirle a Dios
El comunicador reveló la dura experiencia que vivió en Estados Unidos y cómo un mensaje espiritual le evitó la idea del suicidio. Busca trabajo
Luis Eduardo Jaramillo, periodista y exreportero del programa de farándula ‘Vamos con todo’, regresó a Ecuador para abrir su corazón. Confesó que la migración lo llevó al borde del abismo y que, en medio de la oscuridad y pensamientos de suicidio, encontró en Dios la fuerza para levantarse.
Hace dos años viajó a Estados Unidos en busca de un respiro tras separarse de la madre de sus hijas -que viven en España- y perder su trabajo como encargado de redes sociales en la administración de la exalcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri. El vehículo que había comprado meses antes también tuvo que devolverlo.
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Con voz entrecortada contó que lo que vivió en la ‘Yoni’ fue un aprendizaje duro. “Es como estar en otro planeta. Las costumbres son distintas y, para no mentirte, el tiempo que estuve allá fue de mucha enseñanza y mucha caída”, relató a EXTRA tras su regreso a Guayaquil, el lunes 22 de septiembre. Llegó, dice, “con una mano atrás y otra delante”, sin propuestas de trabajo, solo sostenido por su fe.
Llanto y humillaciones
En Estados Unidos trabajó jornadas de 12 horas en una factoría, donde recibió humillaciones de compañeros. Hubo días en los que lloraba en el baño y otros en los que prefería aislarse. Incluso llegó a dormir dos noches en las calles de Manhattan, cuando un viaje desde Connecticut en busca de empleo se complicó bajo el frío extremo.
Documentó parte de esa experiencia en TikTok, pero también perdió trabajos por no tener papeles en regla y empezó a sentir un vacío que lo consumía. “Muchos migrantes se deprimen. A mí me pasó: tuve una larga y profunda depresión que casi me lleva a quitarme la vida”, admitió.

Cuando estaba en su punto más bajo, una desconocida se le acercó en la factoría donde trabajaba con un mensaje inesperado: “Tengo un mensaje del Espíritu Santo”, le dijo. Esa semilla lo llevó a abrirse a la fe.
Poco después, recomendado por otra persona, se animó a orar y hablar con Jesucristo. Define ese momento como su quiebre y renacer. “Desde entonces mi vida se transformó”, aseguró.
La fe le dio nuevas fuerzas. Consiguió un empleo más cercano a su casa, volvió a dedicarse a las redes sociales y recuperó la paz y la risa que había perdido. Hace dos meses, como si algo lo presintiera, compró su pasaje de retorno a Guayaquil.
Mensaje con humildad
A sus 40 años, Luis Eduardo reconoce que lo vivido lo humilló, pero también le dejó grandes lecciones. Recuerda con gratitud a quienes le tendieron la mano, aunque lanza una advertencia directa: Estados Unidos no es lo que muchos imaginan desde lejos.
“Agradézcanle a Dios por el trabajo sencillito que tengan en su patria… que agradezcan así sea el vaso con agua que tienen en su país, porque no tienen idea de todo lo que se sufre allá”, comentó.
Comunicador
En la fábrica donde trabajaba en el área de limpieza, un joven con una cámara lo motivó a reencontrarse con su pasión por las redes sociales. “Tú tienes que buscar tu camino”, le dijo aquel muchacho, al que Jaramillo considera un ángel enviado.

Diez días después, él y otros migrantes fueron despedidos por no tener papeles en regla. Entonces, se arrodilló y pidió a Dios una oportunidad para vivir de lo que ama: la creación de contenido.
Se bautizará como cristiano evangélico
Ese momento marcó un pacto personal. Prometió que, si lograba volver a su país y recuperar la vida que había tenido, serviría públicamente a Dios. Y está dispuesto a cumplirlo. La próxima semana se bautizará como cristiano evangélico en la iglesia Casa de Dios, cerca del Cuartel Modelo. Recuerda que en su primera visita lloró todo el día.
Para él, el bautismo será la culminación simbólica de un camino que empezó en el dolor y continuó con su conversión.