La repentina muerte del modelo y panelista de farándula Emilio Sueños, presuntamente a causa del uso de sustancias para aumentar la masa muscular, ha abierto un debate entre especialistas sobre los riesgos de la automedicación con hormonas y anabólicos.

Según las versiones que su amiga Ivanna Melgar le dio a este medio, el venezolano de 35 años habría estado aplicándose testosterona desde hace tres meses para lograr un aspecto más musculoso. Sin embargo, su salud se deterioró rápidamente hasta que su corazón colapsó y uno de sus pulmones resultó comprometido.

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Tres profesionales consultados coincidieron en que el abuso de sustancias sin supervisión médica puede ser letal, pero difieren sobre cuál de ellas habría desencadenado la tragedia. Este caso pone sobre la mesa un tema urgente: la presión estética y la automedicación en el mundo del fitness y la farándula, donde el precio de “verse bien” puede ser la vida misma.

“La dosis hace el veneno”

El entrenador físico certificado Harry Zúñiga sostiene que la muerte sí pudo deberse al uso excesivo de testosterona. “Una persona normal no debería sobrepasar los 250 miligramos semanales. Si no eres culturista y te inyectas más, puedes morir de un infarto”, explicó.

Según él, la testosterona —cuando se aplica sin control— eleva la presión arterial y puede causar una sobrecarga cardíaca, especialmente si la persona tiene grasa visceral alta o no realiza actividad cardiovascular.

“El problema no es la testosterona en sí, sino el mal uso. Bajo supervisión médica no hay riesgo, pero si alguien se pone ‘nomás porque le dicen’, se puede morir. La dosis hace el veneno”, advirtió Zúñiga.

"No fue testosterona, fue otra hormona”

La endocrinóloga Dra. Paulina Flórez, en cambio, descarta que la testosterona haya sido la causa directa. “Esa hormona no provoca cardiomegalia. Lo que puede generar es hipertrofia de próstata o cáncer latente, pero no un corazón agrandado”, explicó.

Para la especialista, con tres décadas de experiencia, lo más probable es que el modelo haya estado usando hormona de crecimiento o anabólicos, sustancias que efectivamente aumentan la masa muscular, pero también el tamaño del corazón.

“El corazón es un músculo, y si se estimula con estas dosis altas, crece. Llega un punto en que ocupa espacio en el tórax y colapsa el pulmón. Eso explicaría la falta de aire que tuvo”, precisó.

Flórez considera que el uso de hormona de crecimiento debe hacerse bajo estricta vigilancia médica y en dosis bajas, ya que las de tipo deportivo pueden ser “muy peligrosas”.

“Los anabólicos dejan secuelas irreversibles”

El deportólogo Dr. Andrés Arce, con más de 25 años de experiencia, coincide en que el uso de anabólicos o sustancias para “verse masculino” puede tener consecuencias graves. “Estos productos causan daños cardíacos, hepáticos y renales. Además, pueden generar ansiedad y depresión, sobre todo en personas con baja autoestima o con presión por su imagen”, explicó.

Arce añadió que los anabólicos están relacionados con miocardiopatías dilatadas, enfermedades del corazón que muchas veces no se detectan y provocan muertes súbitas. “Es común ver deportistas aparentemente sanos que se desploman de un momento a otro. En estos casos su corazón estaba dañado y nadie lo sabía”, comentó.

Mientras algunos expertos señalan a la testosterona mal dosificada como posible causa, otros creen que se trató de anabólicos o hormona de crecimiento. Lo cierto es que todos coinciden en algo: el uso de sustancias para modificar el cuerpo sin control médico puede ser mortal.

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