Mayra Salazar volvió a hacer polémica tras difundir un extenso mensaje en redes sociales en el que anunció el fin de su relación sentimental con Leonardo Toledo, su pareja y también su abogado defensor durante el Caso Metástasis.

“Hoy decido cerrar este capítulo con gratitud y paz”, escribió Salazar, antes de agradecerle por haberla acompañado “en su peor momento” y extenderle la mano cuando “todo parecía derrumbarse”.

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La publicación no pasó desapercibida: la relación entre ambos se habría forjado mientras ella enfrentaba uno de los procesos judiciales más mediáticos de los últimos años en Ecuador.

“No estoy dispuesta a compartir mi vida con fantasmas”

Salazar hizo un recuento de los momentos compartidos durante el último año, marcados por viajes fuera del país y comunicaciones a distancia debido a su situación legal en ese entonces.

“Fuiste parte de mi familia, y por un instante imaginamos formar la nuestra”, escribió en su mensaje. “Las relaciones a distancia no son fáciles… y menos cuando el pasado insiste en ocupar el lugar del presente.”

La exfuncionaria fue aún más directa sobre las razones de la ruptura: “No estoy dispuesta a compartir mi vida con historias inconclusas ni con fantasmas enfermizos de tu pasado que no me pertenecen.” El texto cerró con un tono conciliador. “Te deseo luz y claridad en tu camino. Éxitos siempre.”

De abogado a pareja sentimental

Durante la etapa más compleja de su proceso, Toledo fue una de las figuras más cercanas a Salazar, primero como abogado defensor y, después, como pareja sentimental.

La relación había trascendido los estrados judiciales y se mantuvo incluso después de que Salazar obtuviera su libertad, en marzo de 2025, gracias a su cooperación eficaz con la Fiscalía. Su testimonio fue uno de los más comentados dentro del caso Metástasis y derivó en nuevas líneas de investigación.

Una carta que ya había revelado cercanía

El 14 de marzo de 2025, día en que recuperó su libertad, Salazar escribió una carta a mano de más de tres páginas en la que agradecía a Toledo por su acompañamiento legal y personal.

En ese texto, que se hizo público, aseguró que su paso por la cárcel y su colaboración con la justicia no hubieran sido iguales sin su apoyo. “Gracias por ayudarme a sanar y por haber creído en mí cuando nadie más lo hizo. Lo que hicimos quedará en los libros de historia de este país.”

Una figura clave en el caso Metástasis

Salazar fue procesada por delincuencia organizada en el marco del Caso Metástasis, que reveló presuntos vínculos entre estructuras criminales y operadores judiciales. Como exfuncionaria de la Corte Provincial del Guayas, se acogió a la cooperación eficaz, lo que redujo su condena a 15 meses.

Tras su liberación, su nombre ha continuado en la esfera pública: ha publicado mensajes en redes y hecho declaraciones sobre su rol dentro de la investigación. 

Ruptura con repercusiones públicas

Por eso, su anuncio no fue interpretado solo como un episodio personal, sino como un hecho que involucra a dos personajes que fueron parte directa —aunque en roles distintos— de la misma trama judicial.

La ruptura entre Salazar y Toledo ha provocado una ola de reacciones en redes sociales, donde se mezclan comentarios personales, políticos y judiciales. La frase “No comparto mi vida con fantasmas” se volvió tendencia en pocas horas.

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