Los sicarios que asesinaron a Karla Alexandra Loor Cruz llegaron disfrazados de recicladores. El violento ataque ocurrió la madrugada de este viernes 28 de noviembre en el sector Pasquisha, en la cooperativa Assad Bucaram, perteneciente a la parroquia Pascuales, al norte de Guayaquil.

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Karla, de 22 años, se convirtió en la tercera víctima mortal en menos de 24 horas en este distrito, que atraviesa una grave ola de violencia y que hasta ayer contabilizaba 336 muertes violentas en lo que va del año.

Horas antes, en Mucho Lote 1, séptima etapa, fue asesinado a tiros Haison Angulo Benavides, de 28 años, mientras circulaba en una motocicleta. Luego, a las 13:00, en la cooperativa 5 de Diciembre, sicarios acabaron con la vida de Carlos Antonio Avilés Macías, de 34 años. Ambos fallecidos registraban antecedentes penales.

Atacaron disfrazados

Según testigos, los asesinos de Karla llegaron a pie: uno de ellos cargaba un saco blanco, donde ocultaba un arma de fuego, y el otro una tina plástica. Ambos estaban encapuchados y no dieron oportunidad de reacción. “Mi hermana estaba sentada, de espaldas, cuando recibió la ráfaga de disparos; casi todos fueron en la cabeza. En la escena, la Policía recogió 17 indicios balísticos”, relató una de las hermanas de la víctima.

A pocos metros se encontraba su hija, una niña de 7 años, quien fue empujada por los atacantes mientras huían. “En su escape dejaron abandonados el saco y la tina en plena calle. Mi sobrina estaba jugando con su monopatín; su mamá conversaba con otros familiares y bebían. La bebé salió corriendo; una vecina la abrazó para calmarla. No sabemos cómo explicarle que su mamita ya no estará con ella”, contó la hermana de la fallecida.

La menor quedó huérfana de padre y madre: ambos fueron asesinados de manera similar.

Una tragedia repetida

La allegada recordó que el 10 de noviembre de 2024, el padre de la niña, Anthony Alberto Arreaga Aguayo, también fue atacado a tiros cuando se movilizaba en una motocicleta, a pocas cuadras del lugar donde Karla fue asesinada.

“Él venía en moto con mi hermana. Un carro los golpeó por detrás, cayeron al piso y a él le dispararon. Esa vez los tiros no eran para ella; ahora sí. Vinieron directo a matarla. Esta vez le tocó a ella”, añadió la allegada.

Según registros de la Función Judicial, Karla tenía procesos por extorsión y tenencia de armas, mientras que Anthony registraba causas por tráfico de drogas y porte de armas.

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