Wendy María González Becerra había decidido quedarse en casa y no asistir al campeonato deportivo que se desarrollaba a cuatro cuadras de su vivienda. Sin embargo, cedió ante la insistencia de dos de sus hermanos y dos primos, y decidió acompañarlos. Esa decisión le costó la vida.

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Ella fue una de las seis víctimas mortales de la matanza registrada la noche del domingo 12 de octubre en las calles 22 y Cristóbal Colón, en el suroeste de Guayaquil.

Su tía, quien crio como hijos propios a Wendy y sus hermanos tras la muerte de los padres, relató entre lágrimas que la joven, de 22 años, ya había sobrevivido a una balacera el mes pasado, mientras asistía a una fiesta en homenaje a una Virgen cerca de su barrio.

“Ese día vino asustada. Me contó que estaba subida en un juego mecánico cuando comenzaron a disparar. Dos personas resultaron heridas. Recuerdo que me dijo: ‘Tía, casi me cae un tiro’. Desde esa fecha quedó nerviosa, le daba miedo salir”, relató la mujer.

Pese a ese temor, el domingo aceptó acompañar a sus familiares al campeonato. “Ella les dijo a mis hijos y a mis dos sobrinos que no quería ir, pero ellos insistieron. Al final, la que no quería ir fue la que murió. Recibió un disparo en el corazón que también le perforó un pulmón”, manifestó la tía.

En el ataque, perpetrado por varios sujetos a bordo de dos carros y cuatro motocicletas, también resultaron heridos dos hermanos de Wendy y un primo. Otra prima, de 16 años, logró salvarse al lanzarse al suelo cuando comenzó la balacera.

“Cuando todo terminó, la muchacha se levantó e intentó auxiliar a Wendy, pero se dio cuenta de que no reaccionaba”, reveló la familiar. “La hermana de mi sobrina está herida y dice que no quiere vivir, no asimila que su hermana esté muerta”, añadió.

Tío y sobrino, victimados

Entre las víctimas también están Pastor Enrique Veloz Cáceres, de 48 años, y su sobrino Ronald Steven Veloz Holguín, de 30, cuyos cuerpos son velados en la misma vivienda.

“No tenemos paz. Ya no se puede disfrutar ni de un campeonato deportivo o una distracción. Mi hermano Enrique era estilista, mi sobrino Ronald trabajaba conduciendo una moto. Esto nos tiene devastados”, lamentó un familiar.

Salieron a buscar a su hijo

Otra de las víctimas fue Franklin David Villena Valverde, de 47 años, quien fue baleado junto a su esposa. Ambos habían salido de casa para buscar a su hijo, que se encontraba en el campeonato.

“Como no regresaba, fueron a verlo. Justo cuando llegaban empezó la balacera”, aseveró un allegado.

Franklin trabajaba en un hotel de Guayaquil, pero tras quedarse sin empleo se dedicó al comercio informal. Su esposa sobrevivió al ataque, aunque tiene alojado un proyectil en un brazo.

Las otras dos víctimas fueron identificadas como Óscar Leonardo González Lindao, de 30 años, y Roger Antonio Castillo Landázuri, de 27, quien tenía antecedentes penales por tráfico de drogas.

Celular clave

En la escena del crimen la policía levantó 47 vainas percutidas calibre 9 milímetros, 38 vainas calibre 2.23 milímetros, dos balas deformadas y un cartucho sin percutir.

El coronel Carlos Fuertes, jefe del distrito Portete, informó que el ataque estaría relacionado con una disputa territorial entre integrantes de la agrupación criminal conocida como Los Freddy Kruger, que vive una división interna.

Tras el hecho violento, los agentes detuvieron a Elkin Sánchez Dumes, en cuyo teléfono celular hallaron conversaciones relacionadas con la matanza, que además dejó 15 personas heridas, entre ellas tres menores de edad.

Gracias a informes periciales de Criminalística e Informática Forense, se obtuvieron elementos que evidencian la planificación del ataque mediante notas de mensajería instantánea.

“Las pericias también establecieron la participación de tres vehículos, entre ellos un Chevrolet Aveo Emotion color negro, directamente vinculado al suceso”, reveló una fuente policial. (AEB)

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