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Guayaquil

El IESS y su burocracia: La lucha de una mujer para que operaran a su hija
Después de dos años y medio de trámites fallidos y promesas incumplidas del IESS, Verónica Gómez logró que su hija Fátima fuera operada
Domingo, 26 de octubre. Es de noche y en el Hospital Dr. Roberto Gilbert de Guayaquil, Verónica Gómez espera con una calma que meses atrás no conocía. Aquellas ojeras que en mayo marcaban su mirada no están más. Faltaban apenas horas para que su hija Fátima, de seis años, ingresara por fin a quirófano.
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La niña, diagnosticada con parálisis cerebral espástica cuadripléjica, estaba por recibir la operación que su madre había perseguido durante dos años y medio, venciendo trámites interminables, audiencias frustrantes y promesas que nunca se cumplieron.
Cinco meses antes, su historia ya había conmovido a nuestros lectores. El 22 de mayo de 2025, EXTRA reveló cómo la burocracia del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) convirtió la atención médica de Fátima en una odisea. Luego, el 4 de julio, este Diario insistió en el caso, cuando los días transcurrían sin que el hospital ni el IESS dieran una respuesta concreta.
La cirugía (una osteotomía de cadera) había sido autorizada por los médicos del Hospital Dr. Roberto Gilbert desde 2023, pero los convenios suspendidos y los trámites caducados la mantenían en pausa, mientras la niña sufría.

Cansada de esperar, Verónica decidió acudir a la justicia. El 18 de julio de 2025 ganó una medida cautelar que obligaba al IESS y al hospital a realizar los exámenes prequirúrgicos y a programar la operación.
“Yo estoy muy agradecida con EXTRA, puesto que fue también gracias a ustedes que esto fue posible. Incluso me sirvió para agregar esos recortes del periódico en la medida cautelar y que tuviera más peso”, relató Verónica.
Ella sonrió al rememorar aquel momento y agregó entre risas: “Recuerdo que la jueza a cargo del caso bromeó y me dijo: ‘No me vaya a sacar en la EXTRA’”.
Una madre en Guayaquil que no se rinde
“Los nervios siempre me van a acompañar, porque la condición de mi hija es complicada”, confesó en la esperada víspera, mientras sostenía su teléfono con las fotos recientes de Fátima arropada en una cobija en la habitación del hospital.
La serenidad de su voz contrastaba con el agotamiento que, meses atrás, la hacía llorar ante cada obstáculo. “Ahora estoy más tranquila, porque como madre he movido todos los medios posibles para tener una solución con el IESS”, expresó convencida.
La lucha continúa: El pedido al IESS de que aún falta atención
Pero Verónica no solo pensaba en la operación, sino en lo que vendrá. Sabe que el quirófano es apenas una etapa más para sobrellevar aquella severa condición de su pequeña. “Después de la operación tengo que ver qué pasará con la rehabilitación, porque esta lucha continúa”, manifestó.

No habla desde el temor, sino desde la experiencia. Cada trámite, cada negativa, le había enseñado a no confiar del todo hasta que las cosas suceden. “Yo quiero que mi niña algún día camine. No quiero verla postrada para siempre”.
La epilepsia es su otra gran batalla. La pequeña Fátima toma costosos remedios para ‘frentear’ aquella condición y Verónica, al hablar de aquello, no teme en reclamar lo suyo: “Necesito que el IESS me brinde las medicinas, porque soy afiliada”.
Verónica ha aprendido a sostenerse en la esperanza. Esa misma que ahora quiere compartir con otros: “A los padres que pasan por situaciones similares, les diría que no se den por vencidos, que siempre sigan luchando con la esperanza de que, en algún momento, después de la tormenta saldrá el sol”.
La operación de cadera de la pequeña Fátima, realizada este lunes, “fue todo un éxito”, según su madre. Ahora, la niña está viviendo los primeros días de recuperación.
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