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Guayaquil

Guayaquil: denuncian asaltos y consumo de droga cerca de la Universidad Estatal
Vecinos reclaman presencia policial de civil para capturar a los delincuentes “con las manos en la masa”, tras muerte de mujer durante persecución.
Como una verdadera zona ‘bomba’ catalogan los moradores el sector donde Kerly Licoa, de 29 años, cayó tras recibir un balazo en la cabeza durante una persecución de un grupo de policías a unos ladrones. Quienes viven y trabajan por la avenida Delta, hacia las calles Tungurahua y Quisquis, aseguran que ya es “cotidiano” ver robos o escuchar gritos de auxilio en cualquier momento del día.
Los ciudadanos coinciden en que los más afectados son los choferes y estudiantes de la Universidad de Guayaquil.
“La congestión vehicular por las mañanas y las tardes que se forma por los semáforos entre las calles Luis Urdaneta y Quisquis da ‘chance’ para que los delincuentes asalten a los choferes”, comentó un trabajador a EXTRA esta mañana.
“Cuando se denuncia que están robando y se publica en redes sociales, llega la Policía y todo se calma. Así pasó hace unas semanas, que unos manes les decían a los choferes que tenían las llantas bajas. Se difundió en redes, llegó la ‘ley’ y no se volvió a ver a esos manes por aquí”, contó.
Otro comerciante aseguró que los universitarios son los que “siempre pagan” con los ‘lanzas’.
“Se ven grupos de 5 a 7 personas —entre jóvenes y adultos de 55 a 65 años—. Ven que un estudiante se guardó el teléfono en el bolsillo y, al subir al bus, los interceptan, le hacen 'sánduche' y lo bolsiquean sin que se dé cuenta”, relató el hombre, quien pidió la reserva de su nombre.
El pedido de los residentes
“Queremos que vengan de civiles para que los puedan agarrar con las manos en la masa. ¿De qué sirve que vengan uniformados y se paren en las esquinas? Así solo los espantan y nunca los capturan”, reclamó un habitante.
En las calles Padre Solano y Luis Urdaneta, hacia el Malecón del Salado, la situación es similar. Un trabajador de un centro de copiado denunció que el consumo de droga es diario.
“Es todos los días y a cualquier hora, con la luz del sol. Son hombres de mala traza y también bien vestidos. Uno debe estar ‘mosca’ porque pronto se ‘rayan’ y pueden robar. Además, la gente que quiere comprar cuadernos, plumas, sacar copias, los ve y prefiere irse a otro lado, y eso ‘mata’ la venta del día”, contó.
Horario 'muerto'
En la avenida Delta, donde están los ingresos a las facultades de Odontología, Ciencias Administrativas y Arquitectura, la queja es otra: las horas ‘bobas’ en las que los ladrones en moto hacen de las suyas.
Los propietarios de locales aseguran que los ataques se dan sobre todo entre las 14:00 y 17:00.
“Por aquí a esa hora es ‘muerto’ y el patrullaje es casi nulo. Se ve a los patrulleros a las 11:00 y de ahí es casi imposible volver a verlos… y eso que estamos cerca del cuartel Modelo de la Policía”, lamentó uno de los comerciantes.