Hoy, 20 de noviembre de 2025, se cumplen nueve días de audiencia de juzgamiento en el caso Malvinas, proceso en el que están acusados 17 militares por la presunta desaparición forzada de cuatro adolescentes en Guayaquil. La audiencia, instalada el pasado 5 de noviembre, ha avanzado en los últimos días con la incorporación de varias pericias clave.

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El fiscal Christian Farfán, a cargo de la investigación, informó que entre las novedades más relevantes está la presentación de pericias de extracción de audio, video e información digital. Uno de los elementos centrales proviene del celular entregado por la hermana de un procesado que busca acogerse a la cooperación eficaz. 

En ese dispositivo se halló un video grabado el 8 de diciembre de 2024, en el que se observa a dos menores con el rostro cubierto dentro de una camioneta, mientras reciben golpes con la trompetilla de un fusil. En la grabación se escucha una frase que coincide con el patrón racista identificado en el caso. 

“Negro, agradece que no te metimos un tiro, si no ya estuvieras muerto”. Aunque el audio no es completamente nítido, esa parte pudo ser reconocida.

Nuevos detalles del caso Las Malvinas

Además, se revisaron ocho celulares pertenecientes a los procesados. En ellos se encontraron audios donde uno de los militares afirma: “Le dimos durísimo a unos negros que estaban robando”.

También se halló una fotografía tomada por el subteniente Zavala el mismo 8 de diciembre, en la que se observan aparentemente tres adolescentes dentro de un camioneta. A esto se suman mensajes internos que mencionan la intervención realizada ese día, en un lenguaje reiteradamente racista.

Otra de las pericias presentadas fue el análisis de videogramas. Las imágenes recolectadas en la avenida 25 de Julio, el paso elevado de Malvinas y las cámaras del ECU-911 permiten observar el desplazamiento de las patrullas con cuatro militares en el balde de una camioneta. 

Los registros de los peajes Durán–Tambo corroboran la ruta seguida por las unidades el 8 de diciembre. Sin embargo, en las tomas donde aparecen varios jóvenes bajo el puente, no es posible identificar con precisión a los desaparecidos, debido a la cantidad de personas en el sector.

Omisión de los militares

En el ámbito testimonial, el coronel Fabián Lascano, comandante de la Escuela de Infantería de la FAE, declaró que el 8 de diciembre el teniente Zavala le informó por WhatsApp que “no hubo novedades”. 

Él conoció del hecho recién el 10 de diciembre, a través de la unidad de inteligencia de la Armada, por lo que emitió un memorando pidiendo a toda la patrulla reportar cualquier irregularidad. Las respuestas llegaron entre el 10 y 11 de diciembre, pero -según indicó- fueron parciales y no espontáneas. Para la Fiscalía, esta omisión constituye uno de los elementos más relevantes para determinar responsabilidades.

Cinco de los 17 procesados han solicitado someterse a la cooperación eficaz. Según la normativa, este mecanismo puede reducir las penas siempre que la información proporcionada sea real, verificable y contribuya a esclarecer los hechos.

Para hoy jueves 20 de noviembre de 2025 está programada la presentación de una pericia sociológica, dos pericias adicionales de inspección ocular técnica y las declaraciones de miembros de la UNIF. También se espera la comparecencia de dos testigos clave: el ciudadano que dio ropa y agua a los menores y facilitó una llamada a uno de los padres, y Luigi Valverde, quien habría escuchado la orden de alias Momo para matar a los jóvenes.

De acuerdo con la investigación de la Fiscalía, la patrulla militar sí habría participado en la desaparición forzada; sin embargo, no existen elementos que permitan afirmar que los uniformados intervinieron en el asesinato. 

Los videos revisados este jueves muestran el retorno de las patrullas a la Base Aérea de Taura a las 22:17, momento en el que ya no se observa a los jóvenes dentro de los vehículos. Para esa hora, los adolescentes ya habían tomado contacto con un testigo en Taura, quien incluso llamó a los padres.

En esta jornada se exhibieron imágenes, videos, audios y pericias informáticas con código hash y metadata que certifican su autenticidad. Este material refuerza la tesis fiscal sobre la participación de los militares en la desaparición forzada, aunque sin establecer quiénes cometieron posteriormente el asesinato.

A casi un año de la desaparición

El hecho que conmocionó al país ocurrió el 8 de diciembre de 2024, cuando cuatro menores —Josué, Ismael, Nehemías y Steven— fueron subidos a patrullas militares en los alrededores de un centro comercial ubicado en el sur de Guayaquil.

De acuerdo con las versiones recabadas, los adolescentes fueron trasladados hasta una zona desolada de la parroquia Taura, donde habrían sido abandonados.

El 24 de diciembre, sus cuerpos fueron hallados calcinados y mutilados en un manglar de difícil acceso, al que solo se podía llegar por vía fluvial.

Seis días después, el 31 de diciembre, las autoridades confirmaron que los restos pertenecían a los cuatro menores desaparecidos.

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