Las enfermedades y violencia siguen agravando la mortandad en las cárceles de Guayaquil, donde otras dos muertes ocurridas el domingo se sumaron a la seis que se reportaron el sábado, las cuales, según el informe del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI), ocurrieron por “causas naturales”.

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Uno de los dos casos más recientes ocurrió en el Centro de Rehabilitación Social (CRS) Guayas # 4, conocido como Cárcel Regional. El informe del levantamiento del cadáver detalla que el cuerpo mostraba signos de violencia; en decir, el fallecimiento habría sido causada por otros internos.

El fallecido respondía a los nombre de Dennis Alexander Chóez Arámbulo, de 26 años de edad, quien estaba recluido desde el 17 de octubre de 2019 cumpliendo una condena de diecisiete años y cuatro meses por el delito de secuestro extorsivo.

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Los otros siete internos fallecido no presentaban signos de violencia, por lo que se consideró que perecieron por causas naturales, según los partes de la Fiscalía.

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Los difuntos son Jhon Jairon Godoy Ortiz, de 26 años de edad y antecedentes penales por robo; Byron Jacinto Quintero Noboa, de 51 años de edad, quien estaba preso por el femicidio de su conviviente, a quien roció gasolina y quemó viva en 2018.

Carlos Andrés Bombo Pacha, 40 años de edad, con prontuario por robo (2020) y tráfico de drogas y armas (2022); Xavier Jesús Almeida Delgado, 43 años de edad y tres antecedentes por tráfico de armas y drogas en 2016, 2020 y 2024; Gustavo Emilio Vega Giler, de 62 años de edad, con antecedentes por pensión alimenticia; Ricardo Ronald Terán Sánchez, de 21 años de edad, recluido por robo en 2024.

Reos “imploran” atención médica

El último caso es el de Emilio Leonidas Palma Poveda, de 45 años de edad, quien desde 2021 cumplía sentencia de nueve años cuatro meses por abuso sexual. Este ciudadano había solicitado a un juez, el 29 de agosto de 2025, su traslado a un centro de salud por su “deplorable” estado de salud.

En la petición indicaba que “paso acostado, no tengo fuerzas ni para pararme. Padezco de hipertensión, constantes vómitos, diarreas y deshidratación”. Dos meses después, el ciudadano falleció bajo la responsabilidad de las autoridades carcelarias.

Consultado sobre las muertes en la cárcel Regional, el SNAI negó que estas hayan ocurrido; sin embargo, la mañana de ayer, este Diario corroboró la entrada y salida de ambulancias en este reclusorio, con personal militar en su interior y custodiándolas, pero hasta el cierre de esta edición no ofreció detalles sobre motivos de la presencia de los vehículos.

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