Wellington Miguel Nazareno Macías tenía apenas 17 años y un sueño que lo motivaba cada día: ser futbolista profesional. Ese anhelo, que comenzaba a hacerse realidad en las divisiones formativas del Independiente del Valle, quedó truncado el martes 4 de noviembre, cuando fue asesinado en el suburbio de Guayaquil, tras recibir un disparo en la cabeza.

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El hecho ocurrió cerca del mediodía, en las calles 16 y Callejón L, cuando el joven, conocido cariñosamente como Miguelito, compartía con familiares y un amigo en la casa de su abuela, donde había pasado los últimos días del feriado. Ese mismo día debía regresar a Quito para reincorporarse a los entrenamientos del club, viaje que tenía previsto para la noche.

“Llegó el sábado (1 de noviembre) a Guayaquil y se regresaba el martes, el mismo día que pasó la tragedia, porque debía presentarse al siguiente día”, contó su hermana Génesis Nazareno, entre lágrimas. “Estaba con un amigo y un familiar, grabando videos para una cuenta de TikTok que recién había creado. Siempre le gustaba sonreír, bromear, compartir. Querían hacer un live y, como todos eran menores, estaba creando la cuenta con los datos de mi mamá”.

Jugó en Barcelona

Miguel era el quinto de seis hermanos. Cumplió 17 años el pasado 4 de junio y desde hace un año formaba parte del Independiente del Valle, donde se destacaba como el número 10 del equipo juvenil. Antes había integrado las divisiones menores de Barcelona Sporting Club y otros equipos locales. Su talento incluso le permitió viajar a Colombia con su club, experiencia que marcó su crecimiento deportivo.

“Él soñaba con llegar a la Selección, con sacar adelante a nuestra familia. Era un niño alegre, disciplinado, amante del fútbol. No tenía problemas con nadie. No tenía una comida favorita, le gustaba todo”, agregó su hermana, la segunda de los seis hermanos.

Tras el ataque, Miguel fue trasladado aún con vida a un hospital, donde permaneció varias horas, pero finalmente falleció durante la madrugada. El proyectil impactó su cabeza y las esperanzas de los médicos se desvanecieron poco después. “Pedimos justicia. No hay detenidos, nadie se ha hecho presente. Las autoridades, la Policía deben investigar”, reclamó la familia.

El velorio del joven se realiza en su vivienda, en Sociovivienda 2, donde amigos y vecinos han acudido a darle el último adiós. Su sepelio está previsto para este viernes 7 de noviembre en el cementerio Ángel María Canals, ubicado en el suburbio de Guayaquil.

Miguel Nazareno no alcanzó a desayunar ese día, según relató su hermana. “Tenía tanta prisa por regresar a Quito que no comió nada, salió a reunirse con sus amigos. Siempre decía que el fútbol era su vida. Y así fue, murió luchando por su sueño”.

La familia Nazareno vive desde hace 12 años en Sociovivienda 2. “Fuimos a pasar a la casa de mi abuela, por seguridad, y terminó ocurriendo esta tragedia”, recordó Génesis.

El hecho

En el lugar del crimen, los agentes de Criminalística hallaron dos vainas percutidas calibre 3.80.

Según información policial, uno de los familiares del joven relató que se encontraban en el parque lineal de la Calle 15 y Callejón L, cuando observaron que una motocicleta con tres ocupantes se detuvo a la altura de la Calle 16. Uno de los sujetos efectuó tres disparos, uno de los cuales impactó a Miguel Nazareno.

Tras el ataque, los agresores escaparon con rumbo desconocido.

El investigador indicó que según dijeros sus parientes el joven había llegado a Guayaquil para visitar a su familia, ya que vivía en el complejo deportivo del Independiente del Valle, en Quito.

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