La segunda visita de estado de Donald Trump al Reino Unido, programada para este miércoles en Windsor, se desarrolla bajo la sombra de la ausencia de un diplomático crucial. Peter Mandelson, nombrado recientemente como embajador británico en Washington, fue despedido la semana pasada por sus vínculos con el delincuente sexual convicto Jeffrey Epstein.

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El despido llega en un momento delicado para el primer ministro Keir Starmer, quien esperaba usar la visita de Trump para fortalecer los lazos con Washington. Sin embargo, la controversia amenaza con desviar la atención de los acuerdos comerciales y diplomáticos planeados, generando cuestionamientos sobre el criterio de Starmer al designar a Mandelson y reavivando el debate sobre los propios vínculos de Trump con Epstein.

Vínculos con Epstein complican la diplomacia

Tras la publicación de un álbum de 238 páginas de cartas a Epstein por parte de legisladores estadounidenses, Mandelson quedó bajo intenso escrutinio por describir al financiero como “mi mejor amigo”. En el mismo libro de cumpleaños de 2003, se sugiere que Trump habría escrito un mensaje con contenido sexual, aunque él lo ha desmentido.

La polémica escaló cuando Bloomberg reveló correos electrónicos que mostraban que Mandelson continuó apoyando a Epstein incluso después de su condena en 2008 por delitos sexuales contra menores.

En estos mensajes, Mandelson ofrecía consejos estratégicos para limpiar la imagen de Epstein y utilizar sus contactos políticos en su beneficio. La revelación llevó a su destitución inmediata, con Starmer reconociendo que la relación de Mandelson con Epstein era mucho más profunda de lo que se conocía al momento de su nombramiento.

La sombra del príncipe Andrew y la realeza

El escándalo también toca a la familia real. El príncipe Andrew, hermano del rey Carlos III, se retiró de la vida pública en 2020 tras su vinculación con Epstein, que derivó en acciones legales en Estados Unidos. Esta historia añade un trasfondo incómodo a la visita de Trump, quien será recibido por el rey Carlos y Starmer. La presencia de Trump en un contexto donde los vínculos con Epstein siguen en la palestra puede aumentar la atención mediática sobre este tema sensible.

Según Olivia O’Sullivan, de Chatham House, la situación proporciona a los medios “información inmediata y escandalosa” que podría dominar la cobertura durante la visita de Trump, dificultando que los anfitriones concentren la atención en la diplomacia y los acuerdos bilaterales.

Impacto en la agenda diplomática y económica

Mandelson tenía previsto participar en cenas oficiales con Trump, Starmer y el rey Carlos, y su despido genera incertidumbre sobre la dinámica de esos encuentros. Funcionarios de la Casa Blanca no han confirmado si Trump abordará el tema del despido o sus opiniones sobre un posible reemplazo durante la visita.

A pesar de los escándalos, ambos gobiernos buscan resaltar los logros en cooperación comercial y tecnológica. Starmer anunció un acuerdo sobre energía nuclear con Estados Unidos y la posibilidad de nuevas colaboraciones tecnológicas, mientras Mandelson había trabajado previamente en un acuerdo comercial básico entre ambos países en mayo. 

Sin embargo, los expertos advierten que los nuevos acuerdos podrían no ser suficientes para desviar la atención del escándalo de Epstein, especialmente con los medios y legisladores estadounidenses pendientes de la investigación en curso.

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