El domingo 30 de noviembre, Honduras llevó a cabo las elecciones generales para elegir a su próximo presidente, renovar por completo el Congreso Nacional y designar autoridades municipales, así como representantes al Parlamento Centroamericano.

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Con la OEA, la Unión Europea y Estados Unidos como observadores, las elecciones se desarrollaron en un clima de polarización y cuestionamientos sobre su transparencia.

El proceso buscaba definir no solo el rumbo del Ejecutivo, sino también la composición legislativa y local, elementos clave para la gobernabilidad del país. A pesar de las tensiones, las autoridades aseguraron que las votaciones se llevaron a cabo dentro de los plazos establecidos y bajo supervisión internacional.

Resultados preliminares y posible retorno de la derecha

Según el Consejo Nacional Electoral (CNE), cerca de las 23:00 del 30 de noviembre (hora hondureña), Nasry Asfura, exalcalde de Tegucigalpa y candidato del Partido Nacional, encabezaba los resultados con algo más del 40% de los votos. Su rival más cercano, Salvador Nasralla, también de tendencia derechista, se mantenía cerca, mientras que la candidata oficialista Rixi Moncada ocupaba un distante tercer lugar.

El desarrollo de la jornada apunta a un posible retorno de la derecha al poder, tras los gobiernos del Partido Libre. Aún así, el resultado final dependerá del conteo de las actas restantes, y el movimiento oficialista ha instado a continuar con la movilización hasta que se complete el escrutinio.

Intervención de Trump y críticas regionales

Alberto Fernández, expresidente de Argentina, cuestionó el papel de Donald Trump en los comicios de Honduras, señalando que emplea la “guerra contra las drogas” con fines políticos.

Trump, por su parte, expresó su apoyo abierto a Asfura, al que calificó como “el único amigo de la libertad”, advirtiendo que una derrota dejaría a Honduras bajo la influencia de Nicolás Maduro y “sus narcoterroristas”. Además, el presidente estadounidense anunció el 28 de noviembre el indulto a Juan Orlando Hernández, condenado por narcotráfico en Estados Unidos. La candidata de Libre denunció la intervención de las élites locales y lo calificó como “capo de la droga”, mientras Asfura descartó cualquier relación con las elecciones.

Así se perfilaría el Congreso 2026-2030

Según los resultados preliminares del CNE, la distribución legislativa para el período 2026-2030 quedaría de la siguiente manera:

• Partido Nacional: 50 escaños
• Partido Liberal: 40 escaños
• Partido Libre: 34 escaños

Este escenario muestra un predominio relativo de la derecha, mientras el Partido Libre pierde terreno respecto a la última legislatura. La composición legislativa será clave para aprobar políticas públicas y definir el rumbo del próximo gobierno.

Un país entre golpes, fraudes y elecciones decisivas

La historia política de Honduras ha estado marcada por golpes de Estado, denuncias de fraude y crisis institucionales. Durante la jornada, varios votantes denunciaron que sus papeletas aparecían marcadas antes de sufragar. Videos difundidos en redes sociales mostraban que algunas boletas ya estaban selladas al llegar a la mesa, mientras miembros de mesa atribuyeron los hechos a un “error”. Los ciudadanos exigieron una investigación caso por caso.

Pese a estas acusaciones, la misión de observadores de la OEA aseguró que la jornada electoral se desarrolló con normalidad, destacando la transparencia de los procedimientos en la mayoría de los centros de votación.

Retos críticos: pobreza, violencia e instituciones frágiles

Honduras enfrenta altos niveles de violencia, instituciones estatales afectadas por el narcotráfico y un estado de excepción parcial vigente desde 2022, decretado por Castro. La situación social se agrava por la pobreza, que afecta al 60% de la población, y por la alta dependencia de las remesas, que representan aproximadamente el 27% del PIB.

Según la analista Valeria Vásquez, de Control Risks, el próximo gobierno deberá enfrentar la debilidad institucional, la politización de los organismos de control y la reconfiguración del manejo de la fiscalía y las fuerzas armadas. Estos desafíos son cruciales para garantizar estabilidad política y seguridad en un país con una historia de conflictos y crisis recurrentes.

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