Un enfrentamiento entre la Guardia Estatal de Tamaulipas y un grupo armado en Reynosa, Tamaulipas, dejó al menos cinco personas muertas, entre ellas, una mujer identificada como “La Chucky”, vinculada al Cártel del Golfo.

Según los reportes, el 8 de noviembre de 2025, la Guardia Estatal detectó una camioneta tipo GMC Sierra con reporte de robo. Al marcar el alto, los ocupantes abrieron fuego contra los agentes. Se inició la persecución hasta que el vehículo impactó contra un poste de luz. En ese momento se produjo un nuevo intercambio de disparos, terminando con cinco muertos.

Las autoridades incautaron seis armas largas calibre .223, 39 cargadores, cuatro chalecos tácticos, cuatro equipos de radiocomunicación y cuarenta “ponchallantas”.

Alias “La Chucky” formaba parte de la estructura del Cártel del Golfo y había ganado notoriedad por exhibir en redes sociales armas, chalecos tácticos y camionetas de lujo.

Medios locales indican que habría fingido su muerte en 2019 tras una traición interna en la organización, aunque más tarde reapareció publicando nuevo contenido en redes que sugería su continuidad operativa.

Un símbolo del narco

Aunque no hay una biografía oficial completa, se le atribuye participación en tareas de “halconeo” (vigilancia y monitoreo de objetivos) y presencia en la zona de Reynosa y San Fernando, Tamaulipas. Su estilo mediático la convirtió en un símbolo del narco-Instagram. Solía salir con uniformes con insignias, armas largas, música de narcocorridos y actitud ostentosa.

La muerte de “La Chucky” no solo representa un golpe mediático al Cártel del Golfo, sino que también evidencia la creciente visibilidad de mujeres dentro de estructuras armadas y violentas. Su abatimiento en una acción estatal refuerza la narrativa de que la frontera norte sigue siendo terreno de alta conflictividad del crimen organizado.

Además, el operativo refleja la militarización de la seguridad en Tamaulipas y cómo los grupos armados continúan operando con tecnología, armamento y logística sofisticada, incluso ante una presión estatal creciente.

¿Qué viene ahora?

La fiscalía estatal mantiene bajo investigación el resto de los ocupantes de la camioneta, el armamento incautado y las rutas logísticas usadas por este grupo. También se espera que la muerte de “La Chucky” desencadene repuntes de violencia por vacíos de poder o venganzas internas dentro del cártel.

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