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Opinión
Editorial: ¡Impunidad sobre ruedas!
El respeto a las leyes de tránsito no debería ser una opción, sino una obligación que se cumple dentro y fuera de las ciudades
El respeto a las leyes de tránsito no debería ser una opción, sino una obligación que se cumple dentro y fuera de las ciudades. Sin embargo, la realidad en este país muestra otra cara: abundan los vehículos que circulan con placas tapadas, deterioradas o, peor aún, sin ellas. Frente a esta falta, los agentes de tránsito parecen preferir mirar hacia otro lado, renunciando a la responsabilidad que la ciudadanía les ha confiado.
Paradójicamente, esos mismos agentes se muestran implacables cuando se trata de sancionar infracciones menores, como llevar un pasajero sin cinturón de seguridad. En esos casos sí actúan con celeridad, detienen vehículos y levantan multas.
El discurso oficial del Gobierno de Daniel Noboa habla de trabajo conjunto, de articulación institucional para enfrentar los problemas de seguridad y orden. Sin embargo, pareciera que algunos agentes de tránsito no han recibido el mensaje o prefieren ignorarlo. Nada les impide coordinar con la Policía Nacional o con las Fuerzas Armadas para detener vehículos que circulan sin identificación clara.
El país no puede seguir aceptando esta doble vara: sancionar lo menor y dejar pasar lo grave. La ley debe cumplirse caiga quien caiga, porque la impunidad en las calles es también un reflejo de la impunidad en la sociedad.