Exclusivo
Opinión
Editorial: La mafia ‘juega’ al fútbol
Otros, con cero vergüenza, se vendieron al mejor postor sin importar el escudo, la camiseta ni la vida de sus compañeros
El fútbol ecuatoriano está podrido por las apuestas ilegales. Ya no es rumor ni chisme de camerino: un jugador de la Serie B fue asesinado y en El Nacional dos futbolistas fueron separados por sospechas de este mismo lío. ¿Resultado? La pelota ya no rueda limpia, rueda manchada de miedo y de sangre.
Desde hace meses, directivos, entrenadores y hasta jugadores han preferido callar frente a las amenazas. Otros, con cero vergüenza, se vendieron al mejor postor sin importar el escudo, la camiseta ni la vida de sus compañeros. Y lo peor, cuando alguien se atreve a denunciar, lo botan del club, lo dejan solo, señalado y sin protección, como si fuera el culpable.
¿Quién cuida a los futbolistas? Nadie. Ni los organismos que manejan los torneos, ni la Fiscalía, ni la Policía. Todos reaccionan tarde, cuando ya hay víctimas, cuando la cosa se les va de las manos. El problema no es nuevo, pero recién ahora queda claro que en el fútbol ecuatoriano los jugadores son la última rueda del coche.
Las mafias extranjeras ya metieron mano en nuestro balompié y eso es un desafío enorme, no solo para los clubes, también para las autoridades. Urge tipificar el amaño de partidos como delito, porque este ‘cáncer’ está matando el deporte en todo el mundo.
¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡Suscríbete a EXTRA!