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Opinión

Editorial: La paciencia cayó en un hueco

Si Ecuador quiere despegar, tiene que invertir en caminos decentes y mantenimiento constante

Más huecos que recuerdos: eso fue lo que dejó en muchos turistas el últimos largo feriado. Miles de conductores salieron a disfrutar unos días de descanso y terminaron peleando con baches, derrumbes y tramos en los que da miedo meter el carro. Lo que debía ser un paseo se volvió una carrera de obstáculos por carreteras que parecen queso gruyer.

La ruta Guayaquil-Cuenca fue una verdadera odisea: hay tramos donde el carro ni avanza. Pero el premio al caos se lo lleva el puente de Churute, que explotó en octubre y todavía tiene a medio mundo haciendo fila para cruzar. El paso provisional solo tiene un carril, y los embotellamientos duran hasta 40 minutos. ¡Un suplicio para los que iban a vacacionar!

Y ojo, no se trata de un problema nuevo ni de ‘cosas del invierno’. Esto ya viene de años, de gobiernos que prometen arreglar las vías y al final dejan todo igual o peor.

Es hora de dejar los parches y hacer un trabajo en serio. Las carreteras no pueden seguir siendo trampas mortales ni frenos para el turismo. Si Ecuador quiere despegar, tiene que invertir en caminos decentes y mantenimiento constante.

Porque con estas vías rotas, ni el mejor feriado se disfruta.