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Opinión

Editorial: ¡No a la invasión y el abuso!

Los actores del paro deben recordar que la presión violenta no genera consenso, sino más conflicto y desigualdad

La invasión de fincas florícolas en Cotacachi por parte de miembros de la Unión de Organizaciones Campesinas e Indígenas de Cotacachi (Unorcac) evidencia un conflicto que no debería repetirse. Lo urgente para el país es producir y exportar, generar ingresos y garantizar empleo, no paralizar la economía con presiones violentas. Los manifestantes buscan obligar a los trabajadores a sumarse al paro, reproduciendo patrones de 2019 y 2022, poniendo en riesgo el sustento de familias enteras.

Varias fincas sufrieron intromisiones similares, generando alarma y pérdidas económicas. La exigencia es clara: las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional deben actuar frente a estos ingresos ilegales que vulneran el derecho al trabajo y afectan a quienes dependen de su salario para vivir.

Nadie puede ser forzado a apoyar una causa mediante amenazas o violencia. La economía y el empleo no son moneda de cambio. El respeto a la ley, a la propiedad privada y al derecho de trabajar debe prevalecer para garantizar la estabilidad de quienes día a día luchan por llevar el sustento a su hogar. Los actores del paro deben recordar que la presión violenta no genera consenso, sino más conflicto y desigualdad.