Las apuestas por cada combate podían superar los 800 dólares, reunidos entre los más de 20 asistentes que acudían a un gimnasio en San Miguel del Común, en el norte de Quito.

Este establecimiento, que supuestamente solía organizar peleas clandestinas, fue clausurado por personal de la Agencia Metropolitana de Control (AMC) y la Intendencia de Policía el 29 de octubre.

Una muerte que alarmó a la gente

Los habitantes del sector alertaron sobre este tipo de eventos ilegales desde hace casi un año, cuando un adolescente de 12 años murió luego de ‘darse duro’ contra otro ‘pelado’ de 17, en una de las tantas peleas ‘tapiñadas’ que allí se realizaban.

Los golpes que recibió el menor de edad le habrían provocado un derrame cerebral y murió a los pocos días dentro de una casa de salud.

La Fiscalía mantiene una investigación previa por este caso y luego de realizarse la reconstrucción de los hechos, una autoridad de San Miguel del Común habría denunciado al Municipio para que clausuraran el negocio.

Delito y sangre dentro del gimnasio

En las redes sociales de este gimnasio no hay actualizaciones desde finales de 2023. Sin embargo, en las publicaciones pasadas se puede observar que promocionaban actividades como boxeo, kick boxing y artes marciales mixtas. Además, tienen mensajes motivacionales como “El dolor de hoy es la fuerza del mañana”.

Este mismo tipo de narrativa encontraron durante el operativo de clausura. Edwin Chicaiza, líder zonal de la AMC en Calderón, comentó que había letreros con mensajes como “Muchos dirán que es un deporte violento, pero lo que no saben es que este deporte ha sacado a muchísima gente de la mala vida”.

El funcionario señaló que con esos mensajes atraían a jóvenes para que se unan en alguna disciplina de combate.

Además, en una de las puertas había una advertencia que indicaba que todos los menores de edad ingresaban a la jaula de combate con autorización verbal o escrita del representante.

¿Cómo se realizaban los combates?

Una fuente que prefirió no identificarse le reveló a EXTRA que este tipo de combates se realizaban las noches de los fines de semana y eran programadas con algunas semanas de anticipación. Por cada evento se desarrollaban peleas en dos o tres categorías por peso. No importaba si eran de edades similares.

Según el testimonio, había trofeos y reconocimientos a los ganadores de las batallas, quienes también representaban al gimnasio en competencias privadas a nivel local.

El costo de ingreso para este tipo de peleas era de un dólar y en el interior se podía apostar por el combatiente de su preferencia.

Aspecto legal

Chicaiza comentó que durante la intervención en este establecimiento, el dueño del mismo se habría fugado al ver a los policías ingresar al local. “Quizás creyó que se lo iban a llevar”.

Luego de esto, el dueño del edificio les ayudó a ingresar y constataron que el gimnasio no tenía ningún tipo de documento que avale su funcionamiento en este lugar.

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