Ángel había despertado en la cama del Hospital Pablo Arturo Suárez, en el norte de Quito, asegurando que no recordaba nada. El hombre estaba custodiado por un policía, quien se le acercó y le dio una noticia terrible: él estaba internado luego de haber asesinado a su madre.

El hecho se produjo dentro de una casa en el barrio La Roldós, noroccidente de Quito, hace 10 meses, cuando Ángel apuñaló 65 veces a su ser querido, de 60 años (ver infografía). Luego de ese tiempo, la Fiscalía reunió los elementos para acusar a Ángel por el delito de asesinato y lo condenó a 26 años de prisión.

EXTRA accedió al documento de la audiencia de juicio, que reveló nuevos detalles de este suceso que estremeció a la capital. La información recogió el testimonio de Ángel, de 25 años, quien aseguró no recordar nada de lo ocurrido aquella mañana del 18 de diciembre de 2024.

Durante la diligencia, el implicado indicó que, un día antes, había salido de la casa y estuvo consumiendo licor y cocaína. Cuando volvió a su casa la fecha del crimen, aparentemente perdió la conciencia luego de conversar con su progenitora.

Historia de adicciones

Ángel aseveró que él no pudo hacerle eso a su madre porque se llevaba muy bien con ella. Indicó que, posiblemente, alguien le puso algo al trago que bebió antes del asesinato. El hombre contó que esa laguna mental debió surgir porque también consumía medicamentos antipsicóticos, tratamiento que aseguró seguir por su consumo desmedido de drogas y alcohol.

Ángel recordó que sus problemas con las sustancias surgieron cuando tenía 13 años, tiempo desde el cual, supuestamente, escuchaba voces y tenía ataques de ira. Eso no solo lo sumergió en este mundo de adicciones, sino que lo empujó a vivir largas temporadas en la calle, pero regresaba ocasionalmente a su domicilio. La pericia del entorno social demostró que Ángel dependía económicamente de su madre porque, por sus problemas, no tenía trabajo, lo que ubicaba al sujeto en una situación de vulnerabilidad, indicó la perito.

Esto fue aprovechado por la defensa para detallar que su auspiciado tenía problemas mentales, buscando que fuera absuelto. Sin embargo, esto se desmintió ya que según el informe pericial, durante la evaluación el examinado se encontraba con sus funciones cognitivas estables y sin alteraciones.

En la observación clínica se determinó que se mostró tranquilo, con un lenguaje verbal y corporal relajado, y que colaboró con todas las actividades solicitadas. La perito concluyó que Ángel presenta rasgos de personalidad evitativa con características de personalidad antisocial, por lo que no tiene ningún enfermedad mental que evite su sentencia.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!