La Policía Nacional, en coordinación con la Fiscalía, ejecutó el operativo Código Rescate 218 Infancias en Silencio en el Distrito Metropolitano de Quito. La acción permitió detener a tres mujeres y dos adolescentes vinculados a la trata de personas con fines de explotación laboral infantil y mendicidad.

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El mayor Diego Ron, jefe de la DINAPEN en Quito, detalló que esta red captaba a los menores dentro del mismo núcleo familiar. Los obligaban a trabajar largas jornadas en calles y centros comerciales, bajo amenazas y agresiones.

Ganancia con el dolor de los niños

Las investigaciones revelaron que los padres y familiares se beneficiaban económicamente del trabajo de los pequeños. Los obligaban a vender confites o a pedir limosna en sitios de gran afluencia como el CCI, Quicentro Shopping y el Centro Comercial El Jardín.

El dinero recaudado era entregado íntegramente a los adultos, quienes ejercían control físico y psicológico sobre los menores, sin importar las condiciones climáticas ni su derecho a la educación.

Ron explicó que la red obtenía entre 30 y 40 dólares por cada niño diariamente. En total, podían reunir alrededor de 200 dólares al día.

Nueve víctimas rescatadas

En total fueron rescatados nueve niños: siete de entre seis y nueve años, además de dos bebés. Todos fueron puestos bajo medidas de protección emergente y trasladados a casas de acogida para resguardar su seguridad.

Uno de los casos más duros fue el de una niña cuyo padre cumple condena por homicidio y cuya madre está detenida por tráfico de drogas.

Una red familiar desmantelada

Los detenidos resultaron ser padres y parientes directos de las víctimas. “Lo más lamentable es que eran sus propios familiares quienes los explotaban, obligándolos a trabajar bajo golpes y amenazas”, explicó el jefe de la DINAPEN.

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