Las Fiestas de Quito dejaron una cifra que sorprendió incluso a las autoridades: 32 conductores detenidos por manejar en estado etílico.

De ellos, 20 registraron más de 1.2 g/L, lo que activa la sanción más estricta del COIP: 30 días de prisión, multa y reducción de puntos.

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Eso significa que quienes fueron detenidos entre el 5 y el 6 de diciembre pasarán Navidad y Año Nuevo tras las rejas.

Washington Martínez, director de la AMT, lo confirmó. “De los 32 conductores detenidos, aproximadamente veinte pasarán 30 días detenidos porque marcaron más de 1.2”, explicó.

El dato generó preocupación adicional porque entre los casos figuran dos choferes de transporte público y dos del transporte formal.

Chivas y gusanitos informales quedaron retenidos

Los controles no solo dejaron detenidos por alcohol. La AMT también inmovilizó cinco vehículos informales tipo chiva y gusanito. Ninguno tenía salvoconducto para operar.

Uno de estos “gusanitos” cobraba hasta cinco dólares por subida, aprovechando la demanda nocturna de las fiestas.

“No estoy en contra de los gusanitos, pero cobrar cinco dólares no corresponde. Ese también fue detenido”, señaló Martínez.

Un conato de incendio encendió aún más las alertas

En la misma jornada, un vehículo informal sufrió un conato de incendio cuando una chispa del generador cayó sobre el motor. El extintor del chofer evitó una tragedia.

“Se produjo una llama en el motor y el extintor permitió solventar el evento. Ese vehículo no puede circular hasta que repare la falla”, dijo el director.

Para prevenir más incidentes, tres ingenieros mecánicos del Cuerpo de Bomberos acompañan desde ahora los operativos nocturnos. Ellos revisan los sistemas eléctricos, los generadores y capacitan a 84 conductores de chivas antes de cada salida.

“La AMT no es represiva, es preventiva. Bomberos está capacitando hoy a 84 conductores”, insistió Martínez.

Miles de pasajeros en riesgo si no hay control

Las autoridades estiman que, solo la noche anterior, circularon alrededor de 85 chivas con seis vueltas promedio y cincuenta personas por recorrido.

“Es difícil cuantificar. Pero hablamos de miles de usuarios. Lo importante es evitar tragedias”, afirmó Martínez.

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