Quito deberá esperar algunos meses más para integrar el Sistema Integrado de Recaudo (SIR), la plataforma que permitirá pagar el pasaje con el mismo mecanismo que usa el Metro. La conexión, que debía haberse activado tras la firma del contrato con el consorcio Citimovil-Busmatick, acumula demoras que han encendido críticas políticas y resistencia del sector transporte.

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¿Cuál era el plazo original y qué ha pasado?

El contrato firmado el 27 de noviembre de 2024 establecía un plazo de 210 días para la puesta en marcha de la conexión entre el Metro y los sistemas de transporte troncalizados de la ciudad (Trole y Ecovía), es decir, con fecha prevista en junio de 2025. Sin embargo, la implementación no se concretó: según los datos del proceso, la obra cumple 157 días de retraso y, en distintos comunicados, se menciona además que “han pasado 367” sin completar la vinculación efectiva.

Ante este escenario, el alcalde Pabel Muñoz informó en una entrevista radial que, “si nada falla, el 31 de marzo” será la nueva fecha tentativa en la que el Metro quedaría integrado con la Empresa de Transporte de Pasajeros (incluidos Trole, Ecovía y sus alimentadores), lo que abriría la puerta para que el sistema también incluya al transporte privado.

¿Qué dice la administración municipal sobre el avance?

La administración insiste en que los retrasos responden a la necesidad de garantizar un sistema confiable. El secretario de Movilidad, Álex Pérez, afirmó anteriormente: “Estamos trabajando en la parte tecnológica, validadores, tecnología de recaudo y para diciembre está previsto entrar a un porcentaje de estaciones en Trole y Ecovía. El próximo año iremos al sector privado”. 

Asimismo, se ha señalado en distintos pronunciamientos que el objetivo es que todo funcione sin fallos: “casi listo”, dijo Pérez a inicios de noviembre, y Muñoz subrayó la meta de lograr un sistema “100 % confiable y que no haya dudas sobre su funcionamiento.”

¿Cuál es la resistencia que complica la implementación?

La adopción del SIR no depende solo de la tecnología: hay actores del sector transporte que muestran reticencia a realizar pruebas pilotos o a sumarse antes de ver cómo funciona la conexión con el sistema municipal. Esa resistencia al cambio es recurrente en procesos de modernización en movilidad y ha sido señalada por autoridades como un freno importante para el despliegue completo.

¿Hay cuestionamientos sobre el consorcio contratado?

El consorcio Citimovil-Busmatick, responsable del SIR, ha sido objeto de cuestionamientos en el Concejo Metropolitano. Organizaciones de veeduría y autoridades locales han solicitado revisar experiencias previas del proveedor en otras ciudades. 

En octubre pasado, la Red de Veedurías Transparencia, de Bogotá, remitió una carta pidiendo verificar la propuesta de Busmatick por dudas en sus implementaciones en Popayán y Pasto. Además, el concejal Fidel Chamba inició un proceso de fiscalización sobre el contrato y su ejecución.

¿Qué sigue y qué impacto tendrá para los usuarios?

Según lo anunciado por la Alcaldía, la expectativa es completar la integración el 31 de marzo de 2026. Con la tarjeta y la infraestructura operando en conjunto, el siguiente paso sería invitar al transporte privado a sumarse al mecanismo único de pago. 

Para los usuarios, la promesa es mayor comodidad y armonización tarifaria entre modos; para la movilidad urbana, supone un avance en interoperabilidad tecnológica. No obstante, mientras persistan los retrasos y las dudas sobre el operador, la implementación seguirá siendo un reto político y técnico.

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