Una fuerte polémica ha estallado en la política local de Guayaquil entre el alcalde Aquiles Álvarez y el asambleísta Andrés Guschmer, tras una denuncia pública de la gobernadora del Guayas, Zaida Rovira, quien expuso un presunto mensaje ofensivo por parte del burgomaestre. El conflicto no solo ha generado un nuevo episodio de tensiones entre distintos niveles del poder, sino que también pone sobre la mesa un tema sensible: la responsabilidad de la seguridad ciudadana en medio de una ola de violencia.

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Todo comenzó el martes 10 de junio, cuando Rovira publicó en su cuenta de la red social X (antes Twitter) una captura de pantalla de un chat que habría recibido del alcalde Álvarez. En el mensaje, este le dice: "La pelotita de la seguridad es suya y se la seguiré lanzando aunque no la quiera agarrar", junto con una fotografía de la funcionaria comiendo helado acompañada de los textos "Buen provecho" y "malcriada".

La publicación generó reacciones inmediatas en el espectro político, principalmente de legisladores del oficialismo. Una de ellas fue la asambleísta Lucía Jaramillo, quien expresó respaldo a Rovira. Sin embargo, quien lanzó una crítica más contundente fue el asambleísta y exconcejal guayaquileño Andrés Guschmer, con un mensaje directo al alcalde: "La seguridad de Guayaquil no es una pelotita para lanzar".

¿De quién es la responsabilidad de la seguridad en Guayaquil?

El trasfondo de este intercambio es la creciente crisis de seguridad que vive la ciudad. Guayaquil enfrenta cifras alarmantes de homicidios, atentados y secuestros, lo que ha despertado una mayor exigencia de la ciudadanía hacia sus autoridades. En este marco, la discusión entre el alcalde y el Gobierno central sobre las competencias en materia de seguridad ha escalado a lo personal y político.

Guschmer fue más allá de criticar el tono del alcalde. En su pronunciamiento público, también apuntó a presuntas falencias en el uso de los recursos municipales: "Por cierto, solo por videovigilancia se han recaudado aproximadamente $ 2.400.000. ¿Dónde están esos recursos, alcalde?", cuestionó.

Este señalamiento añade un nuevo ángulo al debate, pues pone en duda la eficiencia del uso de fondos destinados a tecnología para la prevención del delito. El asambleísta sostiene que no basta con deslindar responsabilidades, sino que se requiere transparencia y acción concreta desde el cabildo.

En un segundo mensaje, Guschmer remató: "Gobernar no es desviar culpas, hablar chabacano o descalificar con arrogancia por WhatsApp. Gobernar para Guayaquil es invertir bien, rendir cuentas y dar resultados".

¿Qué papel juegan los distintos niveles de gobierno?

El Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización (COOTAD) establece que los municipios tienen atribuciones específicas en materia de seguridad ciudadana, como la inversión en videovigilancia, iluminación y prevención del delito. Sin embargo, el control operativo y armado corresponde al Gobierno Nacional a través de la Policía Nacional.

Este cruce de competencias suele generar conflictos, sobre todo en momentos de crisis como la que atraviesa Guayaquil. En el pasado, el Municipio ha invertido en programas complementarios de seguridad, pero estos esfuerzos se ven opacados por la falta de coordinación con el Ejecutivo o, como en este caso, por confrontaciones abiertas entre autoridades.

En la administración anterior, de Cynthia Viteri —de la cual Guschmer fue parte como concejal— también se vivieron tensiones similares con la Gobernación. Ahora, la historia se repite con nuevos actores pero los mismos desafíos estructurales.

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