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Así fue la desaparición y hallazgo de hombre acosado por deudas

Dijo que iba a una reunión en Sambo y no volvió a casa. Un pana le ‘acolitó’ la ‘ruqueada’ en un hotel de Guayaquil. Al parecer, quería proteger a su familia.

Así fue la desaparición y hallazgo de hombre acosado por deudas
Así fue la desaparición y hallazgo de hombre acosado por deudasChristian Vásconez / EXTRA

Lo único que Rafael le dijo a su esposa antes de salir de casa en la mañana del 23 de enero es que se reuniría con un familiar por la vía Samborondón. Ella, sin pensar el calvario que pasaría, no se opuso.

El pintor, de 43 años, se puso su ropa deportiva: una camisa negra, una pantaloneta gris y zapatos oscuros para hacer deporte. En su hogar dejó su celular y partió. Todo tranquilo hasta ahí...

Las horas se volvieron lentas para la esposa, quien aguardaba que Rafael llegara en cualquier momento.

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Pasó el tiempo y la desesperación llegó: solo tardó un par de horas en reportar por redes sociales que, supuestamente, habían secuestrado a su pareja.

Mientras ella se refugiaba en el frío de su cama con una ausencia, él se acomodaba en un hotel del centro de Guayaquil... pero no con otra.

Seguramente, Rafael pensó que la lejanía era un acto de amor y de protección. Las ‘culebras’ (deudas) lo arrinconaron y la paranoia empezó: en cualquier momento, según él, podrían llegar a hacerle daño a su familia. Un ‘mordida’ sería fatal. No había alternativa.

Entonces huyó, sin dar explicaciones, dejando más incertidumbres que certezas. Su esposa no dejaba de pensar que Rafael estaría en algún lugar de la ciudad, amarrado de pies y manos, y amordazado. Solo esperaba el momento que una llamada entrara a su celular para pedir un rescate.

Pero nada eso sucedió: ni vinieron a buscar a Rafael y su familia, ni tampoco él estaba amarrado, esperando un rescate que nunca se produciría.

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Cuando los policías fueron alertados, lo primero que le preguntaron a la señora es si había recibido una llamada extorsiva. Ella lo negó y, por tanto, la denuncia no podía ser por secuestro.

Según el coronel Fabary Montalvo, comandante subrogante de la Zona 8 de la Policía, el caso pasó a la unidad de desaparecidos y continuaron con las investigaciones.

¿Cómo lo encontraron?

14:00 del 24 de enero. La Policía irrumpe en una cafetería del centro porteño porque, mediante cámaras de vigilancia, lograron ir esclareciendo dónde se encontraba el pintor.

El hombre, sentado con un amigo en el lugar, estaba intentando saber cómo iba a solventar sus deudas.

Su pana le pagó la primera noche del hotel en las calles Pedro Carbo y Luque, y también le dijo que cancelaría la segunda. Como siempre, los amigos acolitadores nunca faltan para ‘salvar la campana’.

Entre tanto, él llamó sobre el mediodía de ese martes al lugar de hospedaje para avisar que regresaría. ¡Error!

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Ese llamado fue el final de esa historia: los agentes lo tenían localizado. ¡A vaca!

Una vez lo encontraron, avisaron su familia y la mujer, al conocer la situación, no dio ninguna declaración, y Rafael, mucho menos.

Ambos hicieron un acuerdo tácito de no palabras y se marcharon del Cuartel Modelo, ese mismo día, en la tarde.

Tras divulgarse el caso en redes sociales, la infaltable ‘manada’ de criticones de la vida ajena creó diversas historias de la inocente desaparición de Rafael: infidelidad, poseído por un demonio, abducción alienígena y más tonterías, pero todo era por evadir una dolorosa ‘mordida’.

Las deudas, al parecer, superarían los $ 30.000. Además de ser artista, Rafael también se dedicaba a comprar piedras preciosas (oro y plata) y revenderlas, pero todo parece indicar que la situación no estaría bien.

Las ‘culebras’, en ocasiones, no son exclusivas de dinero; también son lo que se esconde, no se cuenta, los miedos y la ansiedad.