“Con frecuencia le decía: ‘Mijo, evita salir, no andes en discotecas, mira todo lo que está pasando’. Pero, como todo joven, no escuchan los consejos de la madre y estas son las consecuencias”, manifestó con la voz quebrada Linda Caicedo, madre de Héctor Miguel Mariscal Caicedo, una de las ocho víctimas de la matanza registrada la madrugada del domingo 10 de agosto en los exteriores de la discoteca Nápoles, en el cantón Santa Lucía, provincia del Guayas.

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La señora acudió la mañana de ayer a la morgue de Daule, acompañada de sus familiares, para retirar el cadáver del mayor de sus cuatro hijos y único varón.

A pesar del dolor que la embargaba tras enterarse, de manera abrupta, que a su ‘Dindo’, como le llamaba cariñosamente por ser “un niño gordito”, lo habían matado, trataba de dar ánimo y fuerza a su nuera, madre de sus nietos.

“Mi hijo tenía 27 años, en octubre cumpliría 28. Deja dos niños pequeños, de cuatro y dos años. ¿Qué harán ellos si él era el sustento de su hogar? Mi hijo nació en Esmeraldas, pero nosotros somos de Quevedo; actualmente vivimos en Nobol. Él se fue a vivir hace seis años a Santa Lucía, en el recinto Villabermejo, porque trabajaba como soldador. Sentí una corazonada la noche anterior”, relató Linda.

Al igual que ella, familiares de los otros siete fallecidos aguardaban en los exteriores de la morgue la entrega de sus seres queridos.

Uno tenía antecedentes

Las otras víctimas del ataque perpetrado por sujetos armados con fusiles y pistolas son: Jorge Luis Urquizo Ferruzola, de 40 años; Alicia Anabel Jiménez Jara, de 25; Jinson Armando Rugel Vizueta, de 28; Raúl Alexander Hernández Macías, de 22 (registraba antecedentes por robo); Jonathan Paúl Muñoz Sánchez, de 31; Franklin Paúl Arias Mindiolaza, de 20; y James Steven Ocampo Angulo, de 32 años.

Familiares de Jonathan Muñoz contaron que él era oriundo de Guayaquil, residía en el sector Sauces 8, pero hace dos años se mudó a Santa Lucía, donde trabajaba como conductor de una tricimoto.

“Nos vimos hace dos días, él fue a Guayaquil. Ese día me dijo que nos quería ver; teníamos una niña. Nunca pensé que sería la última vez que lo vería con vida”, expresó la esposa de Jonathan, llorando afuera de la morgue.

En el mismo lugar, sentado sobre una camioneta donde yacía en un féretro el cuerpo de Alicia, sus familiares aguardaban junto al ataúd de Franklin Arias, esposo de la joven, quien también falleció en el ataque criminal.

Alicia y Franklin, quienes tenían dos niños, habían salido a divertirse cuando fueron alcanzados por proyectiles disparados por, según testigos, cuatro hombres que se desplazaban en un automóvil blanco y que, de acuerdo con versiones dadas a la Policía, guardaban armas de fuego en sus vestimentas.

Familiares del alcalde

Cerca de las 10:00, a la morgue también llegaron los familiares de Jorge Urquizo, dueño de la discoteca y hermano del alcalde del cantón Santa Lucía. Entre ellos se daban ánimo.

“Él estaba en la puerta de ingreso a su local cuando llegaron esos tipos y comenzaron a disparar a todos los que estábamos presentes. Yo me salvé porque me tiré debajo de un carro; ellos cargaban fusiles y no sabíamos a quién estaba dirigido el ataque”, relató Juan, un cliente de la discoteca.

Según una fuente policial, se presume que el hecho se debió a una disputa territorial entre bandas para el cometimiento de actividades ilícitas en el sector, específicamente entre Los Choneros y Los Tiguerones.

En el lugar del suceso se recogieron 42 vainas percutidas calibre 5.56, 47 vainas calibre 9 mm, cinco balas deformadas y dos cartuchos calibre 5.56.

Por su parte, el teniente coronel Javier Chango Llerena, jefe encargado de la Policía Subzona Guayas, confirmó a EXTRA que una de las víctimas registraba antecedentes penales.

“Manejamos varias hipótesis; no podemos asegurar ni descartar que estas muertes estén relacionadas con problemas de bandas. Estas hipótesis se manejan con la reserva del caso y, en las próximas horas, habrá más allanamientos para esclarecer estos ocho asesinatos”, recalcó el jefe policial.

Mensaje de condolencia

La Municipalidad de Santa Lucía, cerca del mediodía de ayer, extendió sus notas de pesar con el siguiente mensaje: “Oremos por Santa Lucía en estos momentos tan difíciles. Expresamos nuestra más profunda solidaridad con las familias de las personas fallecidas que enlutan a nuestro cantón. Nos unimos en sentimiento y oración con cada uno de los familiares afectados por este hecho violento que ha golpeado a nuestra comunidad”.

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