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Ecuador

Lucas Campaña y el perro que lo ayudó a sobrevivir en la intemperie del cerro Puñay
Lucas sobrevivió cuatro días en la montaña y no estuvo solo: un perro mestizo lo acompañó y le dio abrigo durante las noches. Conoce la historia
Lucas Campaña, el niño de 11 años que estuvo perdido durante cuatro días en el Cerro Puñay, en el cantón Chunchi, provincia de Chimborazo, no enfrentó la montaña completamente solo. A su lado, al menos en las noches más frías, estuvo un perro mestizo al que él mismo bautizó como Carlos.
Este compañero inesperado se convirtió en su abrigo, compañía y hasta alarma contra el miedo que atravesó durante las noches y días en el páramo. Según relató su madre, Ligia Herrera, el animal empezó a seguirlos desde el refugio donde la familia se hospedaba antes del ascenso al cerro.
Una amistad eterna
Lucas sintió afinidad inmediata y decidió adoptarlo simbólicamente en ese instante poniéndole nombre. Lo que nadie imaginó es que aquel gesto marcaría su supervivencia. Cuando el niño se extravió, el perro se adelantó, pero no lo abandonó.

En medio de la noche, entre quebradas y vegetación húmeda, dormían juntos dentro de huecos improvisados, donde Lucas se “hacía como oruga” con una camisa para conservar el calor. El perro se acurrucaba junto a él, manteniendo la temperatura corporal y brindándole una sensación de compañía en un entorno completamente hostil.
La zona donde se perdió es fría, ventosa y con fuertes descensos en la madrugada. Para un niño deshidratado y herido, el contacto con un animal pudo marcar la diferencia entre soportar la noche o caer en hipotermia. Su madre asegura que Lucas se sentía seguro al escuchar la respiración del perro.
Un perrito rescatista
Al tercer día se separaron, pero el vínculo no se quebró. Cuando los comuneros que lideraban la búsqueda fueron por donde estaba el niño, Carlos apareció nuevamente, esta vez guio a los rescatistas, como si hubiera aprendido el camino de regreso para completar su misión.
La familia aún no sabe si podrán adoptar oficialmente al perro, pues pertenece al refugio donde estaban hospedados. Lo que sí tienen claro es que el animal fue más que un acompañante. Fue un pequeño héroe peludo en un cerro inmenso.

“Mi hijo está contento con él, le guarda respeto desde el primer día”, repite su madre, agradecida no solo por el rescate humano, sino por ese aliado inesperado que lo mantuvo vivo en la oscuridad. Hubo momentos en los que el perro mestizo se convirtió en el guardaespaldas del pequeño.
El segundo día que estuvo extraviado, Lucas y su amigo descansaban en un espacio cerca de una roca y se habrían asustado cuando los rescatistas volaron los drones para ubicarlos. Así pasaron tres de los cuatro días, entre aventuras que solo un niño y su mascota podrían tener. Un perro milagroso y una historia digna de plasmarse en libros o en una película.
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