La tensión política volvió a sentirse en Ecuador tras la explosión ocurrida la tarde del lunes 14 de octubre en un concurrido sector comercial de Guayaquil. El estallido, registrado frente al Hotel Sheraton, dejó una persona fallecida, varios heridos y una estela de incertidumbre que rápidamente se mezcló con acusaciones políticas y controversias raciales.

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El gobernador del Guayas, Humberto Plaza Argüello —quien se identifica como miembro de la Gran Logia Masónica del Ecuador en su cuenta de Facebook— fue uno de los primeros funcionarios en pronunciarse desde el lugar de los hechos.

Ante la prensa, calificó el suceso como parte de una serie de “ataques armados terroristas” que —dijo— estarían ocurriendo en distintas provincias del país. En sus declaraciones, descartó la participación de comunidades indígenas en el hecho y aseguró que su “capacidad de generar destrozos en Guayaquil es nula”.

Sin embargo, la forma en que expresó esa idea fue duramente cuestionada. La Conaie (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador) respondió públicamente desde su cuenta en X, calificando de “irresponsables y sin fundamento” las palabras del gobernador y sugiriendo que el Gobierno de Daniel Noboa intentaba “encubrir su ineptitud para combatir a las mafias” mediante discursos distractores.

La Conaie rechazó las declaraciones del gobernador del Guayas

La respuesta de Plaza no se hizo esperar. En la madrugada siguiente, el miércoles 15, el arquitecto escribió en su cuenta personal que “la Conaie debe esforzarse por aprender castellano”, un comentario que encendió la polémica y fue interpretado por muchos como un gesto de racismo y menosprecio cultural.

Las reacciones en redes sociales se multiplicaron en cuestión de minutos. “Un lenguaje más colonizador, imposible”, escribió el usuario @alexisolivo en X, mientras otros recordaban que el uso de expresiones despectivas hacia pueblos indígenas es una práctica que Ecuador no termina de erradicar, incluso en los niveles más altos del poder político.

La publicación de Plaza fue suficiente para generar un intenso debate sobre el racismo estructural en el discurso público. Hasta el cierre de esta publicación, ni la Gobernación del Guayas ni el Gobierno central han emitido un pronunciamiento oficial sobre el tono de los comentarios.

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