Las imágenes difundidas por el Ejército Ecuatoriano tras la captura de José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, este miércoles 25 de junio de 2025, revelan el lugar donde el capo de Los Choneros se ocultaba. Se trataba de una propiedad ubicada en Monterrey, cantón Montecristi, provincia de Manabí, donde las fuerzas del Bloque de Seguridad lograron finalmente capturarlo.

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El sitio tenía las características propias de un escondite cuidadosamente planeado. Las tomas muestran un acceso subterráneo camuflado bajo un mesón de lavandería. Las baldosas disimulaban una compuerta que se deslizaba fácilmente, reforzada con una capa gruesa de hormigón y una estructura metálica interna para asegurar su cierre. 

Un lugar con todas las comodidades

El espacio estaba acondicionado con aire y ventilación y en el interior se observaron varios colchones azules apilados, señal de que Fito probablemente no estaba solo en el búnker.

Según fuentes del Ejército, el acceso secreto había sido diseñado para ocultar completamente su presencia en caso de un operativo. La facilidad con la que se deslizaba la compuerta y el camuflaje preciso daban cuenta de una inversión considerable en su construcción. 

Se trataba de un escondite digno de un líder del narcotráfico que había logrado evadir a las autoridades durante más de 500 días.

"Ya estoy capturado, ministro"

Una vez capturado, alias Fito fue entregado inmediatamente al Bloque de Seguridad. En las primeras imágenes oficiales se lo observa sereno, incluso resignado. Acompañado por uniformados armados, declaró: “Ya estoy capturado, ministro, no sé cómo la pinta”, dirigiéndose al funcionario del Gobierno que lidera la estrategia de seguridad nacional. 

Sus palabras generaron diversas reacciones en redes sociales, donde los usuarios debatían entre la caída del mito del criminal intocable y la preocupación por posibles represalias de su organización.

Desde hace varios meses, crecían los rumores sobre su posible ubicación. En enero de 2025, el entonces comandante general de la Policía Nacional, Víctor Hugo Zárate, había declarado que las investigaciones para localizar a Fito estaban avanzadas en un 45 %. Según Zárate, se analizaba información estratégica obtenida mediante seguimientos, intercepciones telefónicas y datos de inteligencia compartidos por agencias internacionales.

Su captura, finalmente concretada en su ciudad natal, Manabí, representa un golpe simbólico y operativo contra el crimen organizado en Ecuador. También refuerza el pedido de extradición que pesa sobre él por parte de la Corte del Distrito Este de Nueva York, en Estados Unidos, donde enfrenta cargos por narcotráfico, tráfico de armas y conspiración.

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