El presidente de Colombia, Gustavo Petro, participa este sábado 24 de mayo en la ceremonia de posesión de Daniel Noboa como presidente de Ecuador, a pesar de las tensiones diplomáticas previas entre ambos mandatarios. 

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Petro había expresado públicamente su negativa a reconocer los resultados de las elecciones ecuatorianas de abril, alegando que se realizaron bajo estado de excepción y con fuerte presencia militar, lo que, según él, comprometía la transparencia del proceso electoral.

La asistencia de Petro a la investidura de Noboa se interpreta como un gesto de pragmatismo y madurez política, dado que ambos países comparten una extensa frontera y enfrentan desafíos comunes en seguridad, narcotráfico y desarrollo económico. 

Noboa y Petro se han reunido en varias ocasiones

En diciembre de 2024, ambos líderes se reunieron en las Islas Galápagos, donde acordaron fortalecer la cooperación fronteriza y crear una mesa de trabajo conjunta para abordar temas de seguridad y desarrollo en la región del río Mataje. También discutieron estrategias para combatir el narcotráfico y promover economías lícitas en las zonas fronterizas, así como iniciativas de protección ambiental y cooperación energética.

La participación de Petro en la ceremonia de posesión de Noboa refleja un esfuerzo por priorizar los intereses bilaterales y la estabilidad regional sobre las diferencias políticas. Ambos gobiernos han manifestado su disposición a continuar trabajando juntos en áreas de interés común, lo que sugiere una voluntad de colaboración a pesar de las tensiones previas. 

La tensión entre Noboa y Petro en el Vaticano

Durante la ceremonia de entronización del nuevo pontífice León XIV, celebrada en la Plaza de San Pedro del Vaticano, los presidentes de Colombia y Ecuador estuvieron ubicados lado a lado, en un escenario que no pasó desapercibido por el simbolismo diplomático que implica.

La imagen de Gustavo Petro y Daniel Noboa sentados juntos durante la misa papal generó atención entre observadores internacionales y medios de comunicación, debido al contexto político que antecede al encuentro. Aunque no se registraron gestos directos ni intercambios entre ambos, la cercanía física entre los mandatarios fue interpretada por algunos como un momento tenso.

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