SUSCRIBIRME POR $1/ 1 MES

Exclusivo
Quito

Paro nacional: las bombas lacrimógenas van a la chatarrería

Segundo, un adulto mayor, aprovecha los enfrentamientos para ganarse unos dolaritos reciclando los restos de las bombas.

PERSONA RECICLADORA DE (8417421)
Segundo recorre los sitios donde hubo enfrentamientos para recolectar las bombas usadas.ANGELO CHAMBA

Después de los más fuertes enfrentamientos en las inmediaciones del parque El Arbolito, centro norte de Quito, aún queda recoger los escombros.

Pero lo que para todos es basura y el recuerdo de la violencia del paro –que ya lleva 17 días–, para Segundo es “una bendición”.

Él recoge las bombas lacrimógenas usadas. “Se vende por el aluminio, dicen que es de buena calidad”, comenta.

Shushufindi militares

Paro nacional: Tanto Defensa como la Conaie piden que se investiguen hechos en torno a la muerte de militar

Leer más

Segundo tiene 73 años y es oriundo de Riobamba. Se desempeña como pintor de casas, pero desde la pandemia por la COVID-19 el trabajo escasea cada vez más.

“Con esto, al menos, saco para la comida y para el cuartito que arriendo”, agrega.

El adulto mayor camina por las calles destruidas, mete las manos entre las concertinas de metal, aunque corra el riesgo de cortarse.

Guarda los cilindros de las bombas lacrimógenas en una bolsa de tela. “Todavía no sé dónde vender la carga, pero averiguo”, cuenta.

Los gendarmes que todavía hacen rondas por la zona lo ayudan a ver dónde hay más material. “Y eso que lo que lleva ahora es poco. Una familia de recicladores estuvo minutos después de los disturbios recogiendo todo”, comenta el uniformado.

Segundo dice que su edad no le permite estar en las manifestaciones, pero que apoya el paro. “La situación económica es mala desde antes de la pandemia. Eso solo ha empeorado todo”, agrega.

Le contaron que cada kilo de aluminio cuesta unos 80 centavos. Hace cuentas y dice que sacará aunque sea unos cinco dólares para el almuerzo.

“Así toca hacer cualquier cosa por sobrevivir. A esta edad ya no me dan trabajo”, sentencia.

El adulto mayor vive solo en el centro de Quito y de vez en cuando va al albergue San Juan de Dios para pedir comida y abrigo.

“Tengo hijos mayores, pero no están en la ciudad y también ya tienen sus familias. Tengo que sobrevivir”, lamenta.

Luego de caminar por el parque también hará rondas por la avenida 12 de Octubre, donde también se han registrado enfrentamientos.