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Buena Vida
Alcohol y sexo, ¿buena o mala combinación?
Los expertos apuntan que un consumo moderado es bueno para aumentar la libido sexual, aunque esto puede provocar dependencias psicológicas que pueden afectar la estimulación sexual.
Sin duda alguna, el alcohol es parte de la vida cotidiana de muchos y después de un par de copas todo puede cambiar, ya que su consumo provoca excitación haciendo que la libido de las personas aumente y, en muchas ocasiones, quieran disfrutar del acto carnal.
Sin embargo, para el psicólogo clínico Daniel Palomeque, ese conjunto de emociones no hace mejorar la respuesta sexual humana, más bien la dificulta.
“Los efectos estimulantes que se han asociado al consumo de alcohol, hacen que su uso sea como ingrediente principal al sexo”, menciona, ya que en los primeros encuentros este consumo puede ayudar a superar inseguridades.
El experto sostiene que cuando estas barreras ya son superadas, conviene conocer los puntos en contra que tiene convertir una noche de pasión en un acto fracasado. Palomeque menciona que el alcohol puede tener efectos en la respuesta sexual muy contrarios a los esperados.
Según la psicóloga Sarah González Argudo, experta en terapia familiar, el alcohol inhibe partes específicas del sistema nervioso central, que es el encargado de transformar los estímulos sexuales que reciben las personas del entorno en excitación. Además, dice que el consumo no es recomendable si se va a tener sexo, ya que puede haber complicaciones tanto sexual como de salud.
“El grado de dificultad sexual que se experimenta, generalmente, tiene que ver con la cantidad que se consume aunque no siempre es la regla. Aún consumiendo poco alcohol, es posible ver una disminución en la respuesta tanto en el hombre como en la mujer”, explica la profesional.
¿Cuál es el gusto de tener relaciones alcoholizado?
Según Palomeque, el alcohol tiene la peculiaridad de convertirnos en seres confiados, que no se callan nada y dicen la verdad, lo que suele ayudar a que dos personas se conozcan más a fondo y no pongan trabas a la hora de llegar a la cama. “¿El alcohol favorece al sexo? Sí, si nos referimos a que nos ayudará a practicarlo con alguien desconocido, pero no en la ejecución y desarrollo del mismo”, aclara.
El psicólogo sostiene que el gusto por tener sexo alcoholizado nace porque inhibe partes específicas del sistema nervioso que generan respuestas sexuales de excitación y orgasmos, haciendo que la pareja pueda disfrutar del sexo sin tener control.
Pero el alcohol en exceso deshidrata. “Si llegas a este estado, el cuerpo puede sufrir varios problemas a la hora de practicarlo, como por ejemplo que dificulte la erección del pene, así como la eyaculación”, indica.
Sin embargo, la falta de estimulación sexual —dice González— podría hacer que el hombre dure más en la cama. Según la experta, si la erección no es buena, la penetración se verá dificultada, lo que hará creer a la otra persona que no puede excitarte lo suficiente. “Pero lo peor no es esto, sino la posibilidad de que el suceso quede marcado en la memoria y provoque una repetición”, dice.
En el caso de las mujeres, se da una pérdida de la sensibilidad en todo su cuerpo, y más todavía en la zona genital. “Indudablemente esto repercute en las posibilidades de que una mujer llegue al orgasmo, lo que causará el mismo efecto en la otra persona”, explica.
Consecuencias
- Dificultades para mantener una erección
González afirma que la erección no se logra por la ansiedad que el alcohol genera en los hombres. “En algunos casos, el miedo a que vuelva a suceder podría ser la causa de una problemática de disfunción eréctil en el futuro”
- Retraso en la eyaculación
“Algunos piensan que es algo positivo, por aquella falsa creencia de que el sexo es mejor cuánto más dura... pero es solo un mito”, apunta la terapeuta, quién además señala que no se trata de aguantar más tiempo sino de la calidad del encuentro sexual.
En las mujeres, el consumo de alcohol también trae consigo algunas complicaciones en el encuentro sexual.
- La vagina pierde su lubricación
“Debido a la falta de riego en la zona y a la deshidratación que produce el alcohol, la mujer disminuye su lubricación”, dice. Además, esto causa que las mujeres retrasen su orgasmo y que cuando se produzca se sienta con menos intensidad. Es decir, que al igual que en el hombre, el efecto sedante del alcohol hace que disminuya la capacidad de percibir las sensaciones placenteras y que se altere la capacidad para excitarse.
No obstante, Palomeque asegura que consumir alcohol en cierta medida puede hacer que el sexo puede ser muy placentero. “Un consumo moderado puede ayudar a disfrutar del juego sexual porque nos relaja y hace que nos sintamos más seguros en la cama”, advierte.
Es más, para el psicólgo, el problema está cuando las personas beben alcohol desenfrenadamente haciendo que sus conciencias queden nulas al día siguiente. Esto hace que nuestra integridad física y moral se ve afectada.
“Acostumbrarse a tener relaciones bajo los efectos del alcohol puede generar dependencia. Por eso lo recomendable es hacerlo de manera ocasional y medido, porque si lo hacen constantemente pueden dañar el terreno sexual”, finaliza.