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Buena Vida

Ambato: La historia de la reina del sabor en la parroquia Picaihua
Carmen Palate ofrece una gran variedad gastronómica en su puesto de venta de comida. Durante 15 años ha satisfecho muchos paladares
En Picaihua, parroquia ubicada al sur de Ambato, hay un punto de encuentro que cada domingo cobra vida con el fuego de las hornillas y el murmullo de los comensales. Frente al estadio de la comunidad Simón Bolívar, Carmen Palate enciende desde temprano el calor de la tradición. Quince años de constancia la han convertido en la ‘mamá’ de la gastronomía popular, donde la comida no solo se sirve, sino que se comparte con cariño.
Apenas uno se acerca, los olores anuncian la fiesta de sabores: tortillas de papa doraditas, morcilla al punto, encebollado que reconforta, pescado frito crujiente y el infaltable caldo de morcilla. Todo acompañado por la chicha fresca que Carmen ofrece sin cobrar un centavo más. “Aquí todos son bienvenidos, la comida es fresca y bien elaborada”, asegura Byron Calderón, uno de los caseritos.
Cuando Xavier Montoya llegó por primera vez al local, se volvió un cliente fiel de inmediato. “Me gustó, es comida hecha al momento, con ese sabor de casa que pocas veces se encuentra”. Como él, muchos visitantes descubren en Picaihua un sitio donde el paladar se reencuentra con lo simple y delicioso.
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No es un restaurante lujoso ni de manteles largos. Ofrece mesas sencillas, un ambiente familiar y la sonrisa de Carmen, que recibe a propios y extraños. Ese toque humano se siente en cada plato, con la abundancia como sello por quince años.
La tradicional chicha en el puesto de Carmen Palate

Cuando el sol pega fuerte en Ambato, nada se agradece más que una bebida fría y natural. Para Ivonne Freire, cliente, la chicha de Carmen es el complemento perfecto: “Es refrescante, más aún con este calor. Es tradición y salud en un solo vaso”.
Este gesto de hospitalidad que es servir chicha gratuita con cada plato, se ha convertido en el detalle que todos destacan. No solo hidrata, también refresca el espíritu de quienes comparten la mesa dominical.
Acceder al local de Carmen es sencillo. Desde el centro de Ambato, basta con tomar el camino hacia Picaihua y en menos de cinco minutos en vehículo se llega al estadio de la comunidad Simón Bolívar. Cada domingo, desde las 08:00 hasta las 17:00, el lugar se convierte en parada obligatoria para familias, vecinos y viajeros.
Doña Carmen ha logrado lo que pocos: unir tradición, sabor y calidez. Sus platos son abundantes, económicos y, sobre todo, auténticos. En tiempos en que la rapidez y lo industrial se imponen, ella mantiene viva la esencia de la comida criolla hecha con paciencia.
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