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Buena Vida

24 oportunidades para llenar la barriga y poner al corazón contento

¿Gustas de viajar y de comer? Pues estas recomendaciones gastronómicas recogidas en un mapa te vienen bien para no perderte ninguna comida criolla.

La creatividad en la cocina se dispara: la guatita, el seco de pollo, la menestra y una colada de avena para acompañar. Decidirse es lo difícil y más si tienes 24 provincias a disposición, cada una con platos estrellas que las caracterizan. ¡Hora de abrir el apetito!

¿No pasas del encebollado y en la Sierra máximo llegas al hornado? Pues si sientes que te estás quedando sin opciones para probar comida criolla es porque te falta la guía oficial para hacerlo: El Mapa Gastronómico de Ecuador.

¡Bingo! Porque si ya nos cansaron con la hidrografía y la geografía, no está de más ahora tener a la mano qué podemos comer y en dónde lo preparan recargado en sabor.

El Ministerio de Turismo ideó esta herramienta como una invitación a descubrir al país como una potencia gastronómica. El libro tiene distribución gratuita, está disponible desde marzo de 2018 y en este enlace se encuentra su versión digital.

Solo a manera de introducción ya se exalta al cacao, las 350 variedades de papa, la quinua, maíz, banano, camarón y café. Es decir una mesa con los siete productos emblemáticos de Ecuador, seleccionados así por la Asociación de Chefs del Ecuador que contribuyeron en el proyecto.

Para la asignación de platos, se los ha clasificado según las regiones y en Los Andes, por ejemplo, abundan las chichas. Ya sea la de jora a base de harina de maíz representando al Cañar; la del Yamor, con maíz fermentado como símbolo de Imbabura y el rosero, hecho con mote pelado y arroz cocinado, un invento del Azuay.

Es por esto que la definición de pluricultural del país también se traspasa a la manera en que nos alimentamos. Qué rico que te sirvan un llapingacho, ¿no? Pues bien este plato es imperdible en cualquier menú de almuerzo y es original de Tungurahua.

En esta lista la Amazonía también tiene su espacio, solo que sus platillos llevan nombres menos comunes: sinchicara de Sucumbíos (hecho con aguardiente de caña); jugo de cocona de Orellana (fruta cítrica amazónica) o el licor siete pingas de Zamora Chinchipe, que por su contenido es de los más exóticos porque lleva hasta pata de vaca y carne de becerro.

Ya con todo esto sobre la mesa a cualquiera se le abre el apetito. Lo importante, además de recorrer, es acertar pidiendo la comida tradicional de los lugares que se visitan. Y hay 24 oportunidades de llenar bien la barriga y poner al corazón contento.