Después de tener sexo, el sistema nervioso manda la señal al cuerpo de tranquilizarse y relajarse. Así lo asegura Dimitrio Magallanes, médico general del Hospital de IESS, sobre el modo de recuperación de las personas luego del sexo. El experto, consultado por EXTRA, asegura que aunque el cerebro pida más sexo, el cuerpo no necesariamente responderá a ese deseo.

Magallanes explica que a este período de relajación se lo conoce como refractario. Es ahí cuando, luego de la eyaculación, el hombre pierde fuerza. Por lo general, en esta etapa es difícil volver a tener una erección. “El cuerpo no responde a la estimulación y no lo hará hasta que el periodo haya terminado”, detalla.

Para las mujeres, en cambio, el periodo de excitación es más lento. Además, las mujeres no tienen largos períodos refractarios como les sucede a los hombres. Sin embargo, la fatiga después del orgasmo u orgasmos múltiples puede hacer que pierdan interés en el sexo, pero temporalmente.

Magallanes dice que durante la eyaculación el hombre libera dopamina, sustancia clave para el deseo, placer y motivación sexual. “Las mujeres no pierden su deseo sexual. Ellas pueden tener 20 orgasmos seguidos pero jamás perderán la estimulación. Solo tienden a sentir cansancio por la liberación de sustancias químicas cerebrales”, dice.

Por su parte, el también médico Marco Barros explica que el nivel de sensibilidad, y estado emocional de una relación sexual se ven afectados por el consumo de sustancias tóxicas. Estas logran afectar la capacidad para retomar la actividad sexual tanto en el hombre como en la mujer.

“Aunque el hombre batalle contra las inclinaciones naturales de su cuerpo para recargar energías, no servirá de nada si en su organismo se evidencia un consumo de tabaco, alcohol o drogas”, recalca.

¿Hay problemas cuando el hombre ya no puede ’seguir’?

Barros advierte que cuando el hombre eyacula sin que la mujer haya tenido un orgasmo, la relación se puede dañar lentamente.

“Como la mayoría de las conductas humanas, las sexuales tienden a volverse rutinarias y lo mejor que puede suceder es que surja el interés para conversarlo e introducir cambios. El deseo no aparece si no se lo ayuda con acciones, gestos que lo detonen e incrementen”, menciona.

Para los expertos, una mujer que se queda esperando un poco más puede sentir que su compañero solo cumplió con un acto fisiológico, o especie de ‘descarga’ que, aunque placentera para ambos, es vivida luego como un acto egoísta.

La recomendación de los expertos es siempre dialogar.